Hola! Aquí molestando nuevamente.
Como veo que tengo algunas lectoras quería brindarles la manera de poder comunicarse conmigo desde cerca.
A continuación expondré los sitios en los cuales pueden encontrarme, para hablar, apurarme para que termine los fics xDD, flashear (?), darme sugerencias fanficsiosas (?) y conocernos mejor :D
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Y mi msn: Dreamer_JUMP@hotmail.com.ar
Espero así poder ser más unidos, eso me haría muy feliz n___n
lunes, 23 de julio de 2012
My sexy playboy
Hola! Disculpen
la demora TnT *la patean* tuve unos contratiempos, además de que no me
funcionaba muy bien la pc, espero disfruten de este capítulo n____n.
Capítulo
dos:
Una vez hube
acomodado mi ropa adecuadamente me dirigí a mi salón de clases, donde me
esperaban Hikaru y Ryosuke. En el camino aproveché para regularizar mi
respiración y mis hormonas, aunque odie admitirlo, Inoo me había dejado
bastante encendido, al punto de dificultarme hasta caminara causa del problema
entre mis piernas.
Me senté
pesadamente en mi lugar tratando de alejar de mi mente, al menos por unos
segundos, a Inoo Kei aunque ya sabía con anticipación que era imposible, y
mucho menos después de lo que pasó hace tan solo unos minutos en la enfermería.
De solo recordarlo un calor que, para mi gusto, era agradable inundó mi corta
anatomía.
–Dai-chan…
no quiero ser grosero pero… ¿qué tan lejos llegaron con Inoo-sama?–La voz de
Hikaru me sacó de mis ensoñaciones.
–¿Qué? – Lo
miré con curiosidad y él señaló mi descubierto cuello. Los colores subieron a
mi rostro, haciendo mi cara arder. ¿Cómo se supone que le explicaría lo que
pasó sin que saque falsas conjeturas? No pierdo nada con intentar…creo.
– Yo…no es
lo que tú crees…yo…– ¿Desde cuándo tartamudeo al hablar?
– ¿Y qué se
supone que es lo que YO creo?– ¿Es mi imaginación o Hikaru se estaba burlando
de mí?. Últimamente había tomando el rol de ser el centro de burlas de Hikaru y
Ryosuke.
–No tiene sentido
que te lo diga, de todos modos comenzaras con tus bromas –Bufó molesto y se
dedicó a prestar atención a clases. Yo por mi parte solo pensaba en todo lo que
había pasado en estos dos días. Ahora sí que no sabría que hacer cada vez que
me cruzara al sexy pelinegro…. ¿Dije sexy?....quise decir, pervertido
pelinegro….eso. Todo lo que viví cada vez que me lo cruzaba me estaba afectado,
debía ser más precavido.
Para mi
suerte, o mi desgracia, la clase terminó rápidamente anunciando la hora del
almuerzo, en otras palabras, la hora de cruzarme con Inoo de alguna u otra
forma ¡Diablos!. Tengo que encontrar la forma de evitarlo a como dé lugar…aún
no estoy psicológicamente preparado para verlo al rostro.
Fui con Hikaru y Ryosuke, prácticamente
escondido detrás de ellos, con la esperanza de no cruzármelo, para mi suerte no
estaba presente en el comedor, así que me dispuse a elegir lo que iba a comer
para después dirigirnos los tres a una mesa apartada.
–Daaaaiiii-chan–Ryosuke
me abrazó –Me gustan esas marcas en ti– Se rió malévolamente.– Me pregunto cómo
es que las obtuviste… ¿Se te ha olvidado contarme algo?– Ok, ahora tendría que
contarle mi vergonzoso momento con Inoo a Ryosuke, sino sería puré de Daiki. Si
algo sabía toda la escuela, sobre todo Hikaru y yo, es que nunca, NUNCA, debías
hacer enfadar a Yamada Ryosuke, mucho menos si tu casa no es cercana a un
hospital.
–Digamos que
Daiki tuvo la maldita suerte de ser prácticamente devorado por Inoo en la sala
de castigos– Hikaru y su bocota. Apoyé mis brazos sobre la mesa y escondí mi
sonrojado rostro.
–Dime que
perdiste la virginidad– Lentanté mi cabeza de golpe y lo miré entre sorprendido
y aterrorizado.
–El muy
idiota lo rechazo y huyo como damisela en peligro
–¡¿Qué?!....Espera,
espera… ¿Tu, arioka Daiki….?– Asentí con temor.– ¡¿Es que acaso te has vuelto
loco?!– Sentí las miradas de todo el alumnado sobre nosotros, aumentando mi
vergüenza.
–Ya no tiene
caso que lo regañemos, Ryosuke. Ya lo intenté ayer y no hubo caso.
–De acuerdo–
Suspiró –Solo espero que en el próximo encuentro te dejes hacer. – Me atraganté
con mi curry.
–¡¿Quieren
dejarme tranquilo?!
–No–Dijeron
al mismo tiempo que una sonrisa se formaba en sus rostros. Solté un suspiro y
me dedique a la delicia que tenía enfrente. Se escucharon unos murmullos, los
cuales solo me indicaron una sola cosa…Inoo hacía acto de presencia junto a sus
amigos. Sentí como poco a poco mis músculos se tensaban y la atención de mis
amigos era dirigida a mi persona, como tratando de adivinar que es lo que
pasaba por mi mente.
Podía sentir
su penetrante mirada sobre mi espalda. Mi respiración se fue haciendo más y más
irregular, al tiempo que mi corazón latía a un ritmo descontrolado y el sudor
frío me recorría pausadamente.
–Dai-chan–
Ryosuke me abrazó para hablarme al oído. –Si quieres podemos…
–Por favor,
no me siento muy bien– Creo que el tono de voz que había salido de mí había
sido más que suficiente para convencerlos, ya que, al subir mi mirada ambos
asintieron.
Mientras
ellos terminaban rápidamente de recoger sus cosas, yo instintivamente volteé
para verificar si su intensa mirada seguía siendo dirigida hacia mí. Mi
sorpresa fue grande al ver que no solo estaba mirándome fijamente, sino que
también portaba el pañuelo que me había quitado en la enfermería entre sus
manos y apegado a su rostro, como si aspirara el aroma que emanaba de él.
Segundos después, sin despegar mi vista de él, note como cerraba los ojos
mientras realmente inspiraba el aroma de mi pañuelo; mis mejillas
inmediatamente se sintieron arder y mi corazón golpeo mi pecho de una manera
descabellada.
–Dai-chan–
La voz de Hikaru fue lo que me trajo a la realidad, haciéndome apartar la
mirada del pelinegro.–Vamos.
–Si– Me
levanté lentamente de mi sitio y fui caminando lentamente hasta la salida,
acompañado de mis dos amigos. Nos dirigimos al salón de clases y me distrajeron
de todo pensamiento hacia Inoo a través
de bromas y juegos que hacíamos entre nosotros.
En cuanto
terminó la clase, Ryosuke dijo que tenía algo que hacer en el laboratorio y
Hikaru aprovecharía para jugar videojuegos con su PSP en la azotea, puesto que
teníamos horas libres antes de nuestra próxima clase. Yo opté por ir a la
cafetería por algo de comer, con la presencia de Inoo, no había comido
prácticamente nada en la hora del almuerzo.
Pov Ryosuke:
Realmente me
sorprendió lo de Daiki, nunca hubiera esperado en la vida que Inoo-sama se
fijara en un chico tan común como lo era mi amigo. Igual en parte siento que no
me extraña del todo, Daiki es un chico muy lindo y es, por lo general, amable
con todo el mundo. Solo espero que la celebridad del Instituto no lastime a mi
amigo, sino se las vería conmigo. Bueno, no precisamente conmigo, pero enviaría
a alguno que lo haga por mí.
Ingrese al
laboratorio de ciencias con el fin de realizar un trabajo con mi compañero de
banco, Chinen Yuri, él era muy listo y siempre, con frecuencia, hacíamos los
trabajos juntos. Chinen, al igual que yo, provenía de una familia acomodada,
aunque en mi caso mi familia era de un posición un tanto inferior a la suya. Me
adentré al aula correspondiente con gran tranquilidad hasta que vi algo que me
dejó de piedra, Chinen-kun estaba contra la pared siendo besado por un chico
muy alto que en un principio no reconocí. Traté de irme pasando desapercibido,
honestamente la situación era por demás vergonzosa, pero en un momento de
torpeza me golpeé con un banco, ocasionando bastante ruido que con obviedad los
advirtió de mi presencia en el lugar, separándose de tan íntimo contacto.
−¡Auch! Eso dolió−
Exclamé acariciando mi muslo golpeado.
–¡Yamada-kun!...esto…esto
no es lo que parece, Yuto y yo…–Levanté mi vista hacia ellos y Chinen se veía
por demás preocupado y alterado por la situación. Después de un momento, el
chico alto de cabello negro volteó a verme con una sonrisa burlona. Ese chico
yo lo conocía, sí que lo conocía, no era más ni nada menos que uno de los
mejores amigos de Inoo-sama, Nakajima Yuto, además era el hijo del jefe de mi
padre, además de que muchas veces había salido en televisión por ser el próximo
heredero.
–Yo, lo
siento Chinen-kun…Nakajima-san. Debí haber avisado y yo…–En ese momento no
sabía que hacer, estaba muy muy avergonzado, solo quería irme lo más rápido de
ese lugar y evitarme otra vergüenza. Hice una venia y estaba dispuesto a irme
cuando siento que Chinen-kun me toma del brazo y me mira con los ojos llorosos.
–Juro que
esto no es lo que piensas, Yamada-kun. Yo estaba esperándote como acordamos y
él…
–¿Estas
insinuando que yo te tomé en contra de tu voluntad? Porque déjame decirte que
parecías disfrutarlo. –Ambos nos sorprendimos al escuchar, por primera vez, la
voz del alto.
–Yo,
Yamada-kun– Puse una mano sobre su boca para evitar que continuara hablando.
–No es
necesario que me des explicaciones– Armonicé mi expresión para transmitirle
calma. – No voy a alejarme de ti porque te guste… –se deshizo de mi mano y la
tomó mirándome serio.
–Ryosuke –Me
sobresalté al escuchar por primera vez mi nombre de sus labios – En verdad el
no me…
–Así que tu
eres Yamada Ryosuke– Mi mirada pasó de la sorprendida, casi asustada, de Chinen
a Nakajima, quien comenzó a acercarse hacia nosotros de manera elegante– Quién
diría que serías algo tan lindo – Tomó el brazo por el que Yuri me tomaba y lo
apartó de una manera no muy educada de mí. – Está de más decir que es un gran
placer en conocerte –Tomó la mano que antes tomaba mi bajo compañero y depositó
un beso en ella, haciendo que una corriente extraña invada cada poro de mi ser
y que mis mejillas ardieran.
–Yo…– Salí
de mi shock y aparté mi mano suavemente mirando a Chinen, quien lo veía
enojado. –¿ Chinen?
–¡¿Por qué
hiciste eso, Yuto?!.
–Simple –Me
tomó por sorpresa cuando me atrajo hacia él por la cintura, tomo mi mentón
suavemente y depositó un beso en la comisura de mis labios. Mis piernas se
hicieron gelatina, aumentando mi ritmo cardíaco. –Me parece lo más lindo que he
visto, además tu y yo sabemos que tengo absolutamente todo el derecho sobre
él.− Noté como le sonrío perversamente, disfrutando de las expresiones de
confusión, frustración y tristeza de Chinen.
–¡Eres de lo
peor!... tu, tu sabes que a mi él…
–No es mi
problema, tú sabes.
–¡Te odio!
–Chinen abandonó la habitación echando humo y yo continué prácticamente pegado
a Nakajima sin poder reaccionar, es como si mi cuerpo tuviera imanes que me
mantuvieran apegado a su cuerpo.
–¿En qué
estábamos?–Me sobresalté al notar que ahora estábamos solos y que su rostro
estaba muy cerca del mío. Me aparté rápidamente tomando una distancia prudente
e hice una venia.
–Lo siento
mucho, en verdad no debí interrumpir.– Me sentía muy apenado por la situación
en la cual los encontré. Me incorporé sintiendo cierta molestia en la pierna,
reflejándola en mi rostro en una mueca, por el reciente golpe y me encontré con
una mirada seria de su parte. A pesar de que teníamos la misma edad, estando en
diferentes clases, me sentía como si fuera completamente inferior a él.
Además debía
admitir que la forma en la cual traía su uniforme le daba un aspecto mucho más
maduro y a su vez rebelde. Portaba su uniforme de manera desordenada, no
portaba pullover lo cual daba a lucir su camisa a medio abrochar y arremangada
mostrando una gran cantidad de pulseras que, según mi parecer eran de oro y de
plata; su corbata sin ajustar que portaba alfileres y prendedores llamativos y
su oreja portaba dos piercings. Seguramente por ser quien era que no lo
reprendían.
En cuanto
volví a mirar su rostro me sobresalté, él estaba mirándome fijamente, como si
me analizara; a pesar de que su rostro se mantenía serio sus ojos reflejaban
algo parecido al deseo.
−¿Nakajima-san?−Sus
ojos se conectaron con los míos haciendo que mi corazón golpeara fuertemente mi
pecho. Acercó su mano derecha hasta mi rostro en una suave caricia que me erizó
por completo, descendió su caricia por mi pecho para después acariciar mi
cintura finalizando en mi muslo, donde me había golpeado anteriormente, sacando
un gemido de dolor de mis labios. Se acuclilló a la altura de mi muslo y le
atribuyó un suave masaje que me sacó un gemido, ahora de placer, al ser una
zona demasiado sensible de mi cuerpo al tiempo que cerraba mis ojos relajándome.
−Deberías
ser más cuidadoso, esto seguramente dejará una marca morada para mañana.−Habló
mientras me seguía suministrándome un satisfactorio masaje. Detuvo toda acción
y antes de incorporarse, le dio un beso a mi muslo, beso que causó que los
colores se subieran a mi rostro.
−Gracias, ya
prácticamente dejó de molestarme –Le sonreí.
−Quien diría
que resultarás ser tan bello, Ryosuke− Me sobresalté por la confianza que
utilizó para nombrarme. Acercó su mano derecha a mi mejilla dándole una suave
caricia−Siempre creí que me encontraría con algo repetitivo, pero no,
resultaste ser toda una lindura. Estoy más que satisfecho con lo que veo, le
diré a mi padre que si aceptaré.− No entendía a lo que se refería, la cercanía
estaba apagando una a una mis neuronas evitando la correcta sinapsis.
−Será mejor
que vuelva, pronto empezará mi próxima clase – Mentí, en realidad me sentía
incómodo estando a solas con esa escasa distancia entre nosotros.
− Si vas a
mentirme, al menos inventa una mentira más original, Ryosuke− Pegué un brinco
en mi sitio no solo porque me había descubierto, sino que también porque me
había vuelto a llamar por mi nombre y muy pocas personas, a parte de mis dos
mejores amigos y mi familia, me llamaban
por mi nombre. La mano que antes me acariciaba
ahora me tomaba del mentón y se acercó rozando nuestros labios, por inercia
cerré los ojos esperando lo inevitable, sentí su respiración demasiado cerca .
En cuanto sus labios besaron los míos, para mi suerte o desgracia, la campana
sonó desprendiéndome de su agarre, para luego salir corriendo lo más lejos de
él.
Me sostuve
de una pared calmando mi respiración con una mano en el pecho, tratando de
procesar todo lo que había visto y sentido en los anteriores minutos. El solo
pensar que Nakajima Yuto se viera mínimamente interesado en mi me hacía sentir
un tanto feliz, no tenía muy buena autoestima en cuanto a mi aspecto, lo cual
hacía que muchas veces me sintiera poco atractivo para las personas, sobre todo
porque desde pequeño siempre me interesaron los chicos, para mi desdicha, Daiki
fue uno de ellos; estuve sintiéndome atraído por él aproximadamente durante
tres años, amorío que superé cuando me di cuenta que él solo me vería como uno
de sus mejores amigos. Ahora, Nakajima, acababa de darle un giro a mi vida
monótona, giro del cual no estaba seguro si era bueno o malo, el alto, al igual
que Inoo Kei , era conocido por tener muchos deslices solo por diversión y no
estaba dispuesto a dejarme utilizar por un niño mimado al cual le daba igual si
eras chica o chico con tal de tener un momento de placer divertido sin tomar en
cuenta los sentimientos del otro. La sola idea me repugnaba.
Caminé por
los largos pasillos del instituto hasta que me crucé con Chinen, el cual tenía
la mirada perdida en un punto inespecífico, puesto que a pesar de la cercanía
no me prestó atención. Iba a pasar de largo cuando lo tomé del brazo para que
me mirara al rostro.
−Chinen…
¿estás bien?.
−¿Yamada?−
De un momento a otro me tomo de las mejillas y me acerco a su rostro, mientras
me analizaba cuidadosamente− ¿Te hizo algo el idiota de Yuto? –Al pronunciar su
nombre una sensación extraña me invadió, como si millones de mariposas volaran
en mi vientre, mientras mi corazón parecía tener vida propia.
−N-No, no me
hizo daño.−Lo vi suspirar aliviado y mirarme seriamente.
−Yamada… no,
Ryosuke. Hay algo muy importante que debo decirte− Su mirada me advirtió de que
lo que me diría no me gustaría. –En realidad son dos cosas−Se sonrojó y las
manos que aún tenía en mi rostro se deslizaron en una caricia hasta mi cintura
causándome un extraño escalofrío. Todo indicaba que las dos cosas que me diría
no me gustarían.
−D-dime…¿pasó
algo malo?. No me asustes, por favor.
−Dependerá
de cómo lo tomes el que sea algo bueno o algo malo.−Mi corazón latía nervioso
en mi pecho− Te lo diré pero no aquí. ¿Crees que puedas venir a mi casa?− Me
tomó por sorpresa, no sabía si sería buena idea. –Tranquilo, sabes que no
muerdo. –Me ruboricé y asentí despacio a su pregunta. −¡¿Enserio?!− Sus ojos
brillaron y los brazos que rodeaban mi cintura me atrajeron hacia él en un
abrazo que me quitó el aire.− Te esperaré a la salida de las clases, en la
entrada. –Volvió a abrazarme antes de irse a quien sabe dónde, miré mi reloj de
pulsera y al percatarme de que faltaba poco para mi próxima clase, me dispuse a
encaminarme a mi salón de clases.
Las clases
fueron más entretenidas de lo que esperaba, tanto que cuando menos lo esperé la
campana de fin de clases resonó en todo el edificio. Ahora que lo recordaba
había quedado con Chinen, mi corazón latió nervioso en mi pecho. ¿Qué será lo
tan importante que tiene para decirme?
Caminé a paso ligero hasta la salida donde un
sonriente Chinen me esperaba junto a su lujoso auto. De la puerta del piloto
salió un hombre mayor que nos abrió la puerta trasera. Nos adentramos y en todo
el camino a su casa, mejor dicho mansión, hablamos de trivialidades y nuestro
proyecto de ciencias que no iniciamos gracias a la inoportuna visión que tuve
que presenciar.
En cuanto
llegamos a su “humilde hogar” como mi bajo compañero lo llamaba, nos dirigimos
a su amplia habitación, donde una deliciosa merienda a base de té y panecillos
dulces, nos esperaba. Nos acomodamos en su espaciosa cama y comimos
tranquilamente entre bromas hasta que su cara se puso seria.
−Ryosuke,
creo que es tiempo de que te diga…
−¡Ah! Sí.
Dime…¿Qué es tan importante? – Mi mirada fue directo a sus ojos mostrándole que
tenía toda mi atención.
−Pues verás…yo…−
Bajó su mirada− Tu…−Tomé su mano suavemente y él subió su mirada sorprendido
por mi acción.
−Sea lo que
me digas, mi opinión sobre ti no cambiará. No temas a decirme lo que pasa,
estoy aquí para escucharte. –Le sonreí siendo correspondido.
−Gracias,
Ryosuke. Es por esto y todo lo que tú eres y haces que yo… Me gustas…− Terminó
con una mirada determinante. Luego de unos segundos que procesé lo que me había
dicho me sorprendí. ¿Le gustaba a Chinen Yuri?... Es decir ¿Yo?...osea ¿Yo?.
Esto tenía que ser un mal sueño, una pesadilla. Yo no podía gustarle a él…porque
él a mi no…
−Chinen-kun…tengo
que admitir que esto si no lo esperaba, mucho menos de ti.
− Sé que fue
algo repentino pero, si me dieras una oportunidad…por más mínima que sea. Yo…prometo
que no te arrepentirás.
−Chinen, yo…lo
siento –Hice una venia desde mi lugar− No soy lo suficiente bueno como para
merecer tus sentimientos…yo, siento no poder corresponderte… me siento muy
apenado…
− Aww ¿No es
acaso tierno?−Ambos volteamos a ver hacia la puerta donde un Nakajima Yuto nos
observaba recargado sobre la misma, con una sonrisa burlona en sus labios. – Lo
siento mucho primito, pero parece ser que fuiste rechazado –Rió.
−¿Pr…Primo?...¡¿Ustedes
son primos?!− No cabía de tanto asombro.
−Así es,
amor –Mi corazón dio un vuelco por la forma en la cual me había llamado.
−Per….pero ustedes…en
el laboratorio
−Lo que
viste en el laboratorio no fue más que un accidente –Dijo Chinen de manera
molesta – Yuto supo que yo te esperaba, sin saber que eras tú precisamente, así
que me besó para jugarle una broma a mi compañero de proyecto.
−¿Sin saber
que era yo?... No entiendo.
−Yo… −Chinen
se veía por demás alterado.
−Lo que el
enanito está tratando de decir que es que tu eres mi prometido, primor –Rió nuevamente
mientras se acercaba a nosotros.
−¡No tenías
por qué decírselo de esa manera Yuto!. – Chinen se levantó de su lugar,
desafiándolo.
−Pro…
¡¿Prome… qué?! Esto no es posible… ¿Es una broma verdad?... ¿Chinen? –Lo miré
tratando de encontrar algún mínimo indicio de que todo esto no era más que una
broma pesada, sin embargo sus ojos demostraban que lo que había dicho Nakajima
era verdad.
−Lo siento
Yama-chan… es verdad lo que Yuto dice… creo que está de más decir que tus padres
tienen negocios con los suyos.
− Pero…¿Por
qué llegar al punto de comprometerme con alguien de mi mismo sexo? –Esa pregunta
fue más para mi mismo que para ellos. Escuché la risa de satisfacción de
Nakajima, quien se sentó a mi lado izquierdo besándome la mejilla.
−¿A caso me
vas a negar que a ti te gustan los chicos y qué prefieres a las mujeres?− Pasó
su brazo derecho por mi cuerpo hasta colocar su mano sobre mi cabeza, del lado
derecho entrelazando sus largos dedos con el cabello de mi frente, atrayéndome
hacia él hasta acercar mi oído sus labios. − ¿Me vas a negar que yo te
atraigo como tú me atraes? – Eso me tomó por sorpresa. ¿Nakajima se sentía
atraído por mí? De cierta forma una agradable calidez invadió mi pecho. El que
yo le pareciera atractivo a alguien como él, le sumaba unos mínimos puntos a mi
baja autoestima.
−¡Aléjate de
él, Yuto! …Yamada es mi invitado, que tú te estés de visita no te da el derecho
a estar aquí. –Intenté separarme pero solo conseguí que me atrajera más hacia
él, hasta el punto en que sus labios rozaban mi mejilla izquierda, mientras
mantenía su agarre en mi cabeza y su otro brazo rodeaba mi cintura.
−¿Me estás
negando el derecho a estar con mi prometido?... ¿Me pregunto qué dirían tus
padres si supieran que te le confesaste al prometido de tu propio primo? –Ironizó
de una manera muy cruel. Con cada palabra sus labios y su cálido aliento acariciaban
mi mejilla, propinándole una deliciosa sensación que me hizo liberar un suspiro
involuntario. −¿Ves? Él también quiere estar a mi lado – Besó mi mejilla.
Desperté lentamente de mi trance para levantar mis brazos, aun manteniendo la
cálida posición con el alto pelinegro, para llamar la atención de ambos.
−Yo…en
realidad… no se qué pensar. No sabía nada de esto y yo… debería hablarlo con
mis padres. –Traté de sonar convincente obteniendo una pequeña risa de
Nakajima, que erizó mi piel.
−No tengo ni
la menor duda, eres demasiado lindo. –Me sonrojé haciéndolo sonreír y haciendo
que Chinen saliera molesto de la habitación.
−¡Espera…!−
Iba a incorporarme pero los fuertes brazos de mi “prometido” me mantuvieron en
mi lugar.
−No es
necesario que vayas detrás de él. El sabía sobre nuestro compromiso desde hace
ya mucho tiempo, es algo que tiene que superar. –Aunque no me gustó la manera
en que lo dijo, tenía razón. Si yo estaba destinado a contraer matrimonio con
Nakajima Yuto, él tendría que superar el amor no correspondido que me
profesaba.
−Estoy muy
confundido –Suspiré− Demasiadas emociones para un solo día… no puedo creer que
mis padres me lo hayan ocultado –Mi prometido se dedicaba a acariciarme el
cabello y a rozar sus labios con mi mejilla.
−Lo que
ocurre es que el compromiso dependía completamente de mí, bonito −¡¿Qué quiso
decir con…?! –Quiero decir que mi padre me había dicho sobre esto hace mucho,
pero como no te conocía no estaba seguro de aceptar. Ahora que veo lo lindo que
eres –Besó la comisura de mis labios− No dudé en aceptar, llamé a mi padre en
cuanto saliste corriendo del laboratorio –Rió. –Después de todo, de este
matrimonio depende de que tu familia se quede o no en banca rota ¿Sabes?...
supongo, por tu expresión, que desconocías la situación financiera de tus
padres. – Volvió a besarme la comisura. Yo estaba como petrificado, no sabía
que pensar, como reaccionar, como dirigirme a mis madres después de ocultarme
algo así.
Sentí como
la calidez poco a poco me abandonaba junto con la cercanía de Yuto, a causa de
que él se había incorporado, para después sentir como su mano tiraba de la mía
hasta guiarme por la casa hasta lo que noté era un auto aún más lujoso que en
el cual había llegado hasta la mansión Chinen. Nos adentramos al mismo y
escuché como mi ahora prometido le daba las indicaciones al conductor para
llegar a mi casa. En el camino no dije nada, solo miraba a la nada mientras era
rodeado por los brazos de Yuto y me limitaba a sentir sus pequeños besos en mis
mejillas y uno que otro en la comisura de mis labios. En cuanto llegamos a mi
casa, fuimos recibidos por mi hermana, que al ver a Yuto se sorprendió, pero después
le sonrió. Ahora me esperaba una larga charla con mi familia….
Fin Pov
Ryosuke.
Pasaron
varios días en los cuales me dedicaba a ignorar y evitar a Inoo Kei, no porque
me acosara o le temiera, sino porque cada día me sentía más y más confundido.
Cada vez que cruzábamos miradas, algo en mi interior se movía a gran velocidad,
como miles de mariposas en una maratón. A pesar de que lo esquivaba, una parte
de mi quería cruzármelo “accidentalmente” y volver a la rutina del acosador y
el acosado.
Varias
noches fueron en las cuales no pude
conciliar bien el sueño, siempre pensando en él, en como sería si no fueran
roces a la fuerza, si en vez de eso el me hablara como una persona normal. Creo
que si eso algún día pasara, no dudaría ni un segundo en… ¡¿Qué estaba a punto
de decir?!, creo que me estoy volviendo loco.
Pasaron
varias semanas evitando a Inoo hasta que
me llegó a dar una cierta abstinencia a su cercanía, a sus caricias y sobre
todo a sus besos, algo que me estaba volviendo loco, este en definitiva no era
yo.
A la hora de
la salida, me despedí de un enérgico Hikaru y un nervioso Ryosuke –Ya mañana le
preguntaría que le ocurrió- y opté por quedarme en la biblioteca a terminar un
trabajo, simplemente me era complicado, las matemáticas nunca habían sido mi
fuerte. Me acomodé en una mesa apartada, cercana a la sección de libros de
matemáticas. Tan empeñado estaba en ese maldito ejercicio que no noté cuando un
torso de apego a mi espalda y dos brazos eran apoyados sobre el escritorio. El
aroma que emanaba ese cuerpo solo podía ser de una sola persona. ¡Ayuda!– Juraría que mi corazón se detuvo por
unos segundos.
–Yo…etto…ya
me iba–¿Por qué ahora?... Dios, realmente me odias, lo sé.
–El
ejercicio debe darte negativo, el desarrollo está bien hecho….solo te has
equivocado en esto ¿ves?– Me llevé una gran sorpresa al ver que había tomado mi
lápiz y me marcaba los errores que había cometido. Observé bien las
correcciones y me dediqué a rehacer lo que estaba erróneo, sin tomar en cuenta
que ahora se había sentado a mi lado hasta que sentí una suave caricia en mi
mejilla. Yo continué haciendo el ejercicio ignorando su toque.
–¿Es
correcto? –Me animé a preguntarle, una vez hube finalizado. Desde su posición
lo observó atentamente.
–Si, está
perfecto. –Suspiré aliviado y continué con el siguiente. No sé cómo es que podía
hacer los ejercicios, siendo que él me observaba a todo momento, supongo que
solo me concentré en terminar el trabajo a tiempo, sino reprobaría. De un
momento a otro se levantó de su asiento desapareciendo por unos instantes, para
después aparecer con un libro que parecía ser de arquitectura en la mano. A
medida que iba haciendo un ejercicio o no entendía algo de los mismos, tomaba
valor para preguntarle a mi acompañante el cual me contestaba sin dudar, se ve
que tenía bastante facilidad para los cálculos. En cuanto terminé solté un gran
suspiro y me estiré en la silla, Inoo se había dedicado a leer su libro a mi
lado mientras tanto.
–Por fin,
ahora podré dormir tranquilo– Me incorporé de mi asiento y guardé todas mis
cosas. Cuando estaba por agradecerle sentí como me abrazó por detrás, uno de
sus brazos rodeó mi cintura y el otro mi cuello, y me dió un beso húmedo en la
conexión del hombro y cuello.
–Me has
estado evitando todo este tiempo… ¿Sabes lo solo que me he sentido?− Mordió la
zona que antes besaba, obteniendo un gemido de mi parte. Intenté apartarlo,
pero cuando ejercía fuerza con mis brazos para separar los suyos de mi cuerpo,
el repetía la acción de morderme provocando una disminución en mi fuerza. −Dai,
creo que me he hecho adicto a tu aroma…y a tu sabor–Un jadeo se me salió
involuntariamente.− ¿Extrañaste tenerme de esta forma a tu lado, gatito?− Introdujo
la mano que rodeaba mi cintura por debajo de mi uniforme, acariciando mi plano
abdomen generando escalofríos en toda mi anatomía y erizándome la piel. –Pareciera
ser que sí. Yo si te extrañé, no sabes cuánto.
–Inoo,
estamos en la biblioteca.− Fue lo primero que se me pasó por la mente para
evitar esa situación.
–¿Estás
insinuando que si te llevo a otro lugar más íntimo me dejaras hacerte lo que
quiera?– Su voz sonaba sensual, pero a la vez divertida por la situación.
–Yo…no…no me
mal interpretes.–Me volteó y el brazo que rodeaba mi cuello me atrajo hacia él
en un beso apasionado, que de extraño modo me supo muy dulce, tan dulce que no
pude evitar corresponderle colocando mis manos en su rostro, acariciando sus
mejillas con mis dedos pulgares. Al ver mi aprobación sus dos brazos rodearon
mi cintura, adentrándose debajo de mi ropa, acariciando suavemente mi torso, y
mis manos se deslizaron hasta posar mis dos brazos alrededor de su cuello,
atrayéndolo aún más a mí. Nuestros labios comenzaron una danza lenta, dulce,
sin apuros; acoplándose a la perfección como dos piezas de rompecabezas, como
si mis labios hubieran sido creados para ser suyos. Su lengua delineó mis
labios pidiendo permiso para profundizar el beso, sin dudarlo accedí. De alguna
forma me estaba empezando a gustar la extraña forma que tenia de acosarme.
Su lengua se
adentro lentamente en mi boca recorriendo toda la húmeda cavidad, el sabor de
Inoo me gustaba, sabía a menta, juraría que comía de esos dulces mentolados a
menudo generándome una adicción. Su músculo rodeo al mío incitándolo a comenzar
una batalla por el dominio, batalla que mi pelinegro terminó ganando. Creo que
ya no sabía bien lo que hacía, dónde o con quién me encontraba, puesto que
cuando se separó uno centímetros de mí, mi brazo derecho dejó inmediatamente su
cuello para tomarlo de la corbata y atraerlo hacia mí, en un nuevo beso mucho
más apasionado que el anterior, obteniendo una sonrisa complacida de su parte
en medio del mismo.
Sus besos
descendieron desde mis labios por mi mentón, hasta mi cuello, donde se tomó su
tiempo para brindarle besos profundos y una mordida que a parte de sacarme un
gemido, me trajo a la realidad. Mi brazo izquierdo dejó de rodear su cuello
para tratar de apartarlo de mí.
−Espera, Inoo-senpai− Mi voz sonaba agitada –Cualquiera
puede venir y ¡aghrr! –Había mordido nuevamente la conexión de mi hombro y mi
cuello. De un momento a otro se separó de mi encendido cuerpo para tomar mi
mano con una de las suyas y mi mochila con mis cosas en la otra arrastrándome
fuera de la biblioteca. Con la poca cordura que me quedaba le seguí el paso
hasta lo que parecía un clóset de
limpieza, en el cual me metió para luego ingresar y cerrar la puerta a sus espaldas mirándome fijamente,
como un depredador a su presa.
−Hoy no te me
escapas, Daiki. Ya son varias veces que dejas con las ganas y no quiero una tercera.
– Su voz sonaba agitada, como si se estuviera conteniendo.
Él comenzó a
avanzar hacia mí lentamente, al tiempo que yo retrocedía, hasta que para mi
desgracia me topé con la pared de la pequeña habitación. A pesar de que quería
huír, mi cuerpo me traicionaba y a medida que mi pelinegro se acercaba, mi
cuerpo se encendía aún más, como si deseara ser completamente sometido por
Inoo. Éste colocó ambas manos sobre la pared, demostrando lo acorralado que me
encontraba, y, aún con la escasa
iluminación, podía detectar su mirada deseosa y su sonrisa cargada de
arrogancia. Su cabeza descendió hasta colocarse sobre mi hombro y liberar mi
aliento sobre mi expuesto cuello, estremeciéndome.
−Inoo, no
hay por qué acelerar las cosas, estamos en la escuela ¿neh?− Traté de excusarme,
aunque sabía mejor que nadie que en fondo quería que la distancia con Inoo sea
reducida a cero, ¡demonios que lo deseaba!. Lo deseaba a tal punto de que me
desconocía a mi mismo, siempre fui un chico que creyó ciegamente en el amor,
motivo por el cual siempre me dije que estaría con la persona que amara. Este
chico busca pleitos estaba corrompiendo mis ideales con tan solo una caricia,
¿tan bajo he caído? ¿Tan fácil me sometió?... acaso…¿Acaso si otro hubiera
hecho lo que Inoo Kei hizo y estaba haciendo, hacía, reaccionaría de la misma
manera?. Todas las interrogantes hicieron que una a una las lágrimas fluyeran
por mi rostro, liberando la angustia que contenía mi ser. No quería ser así, no
quería terminar como todos esos arrastrados que seguían a Inoo Kei día y noche
como si fuera una celebridad. No quería ser un necesitado de atención como lo
eran todos los de mi instituto, pero por sobre todas las cosas, no quería ser
uno más en la lista de conquistas y deslices de mi acompañante. Un hipido se
escapó de mis labios alertándolo de mi situación actual.
Se separó de
mi cuello para mirarme con algo que nunca creí ver en su rostro, preocupación y
tristeza.
−¿Qué
ocurre, Daiki?− Las manos que antes mantenía apoyadas en la pared, ahora
estaban sobre mi rostro limpiando mis lágrimas que ahora fluían con más libertad.
Ahora todo está más que claro, me había enamorado de Inoo Kei, ya no quería ser
simplemente un desliz, quería ser algo mucho más importante…a decir verdad
quería ser lo más importante en la vida de Inoo Kei. Quería ocupar sus
pensamientos, como el ocupaba los míos día a día. Quería ser aquél que le saque
una sonrisa en cualquier momento, aquél por el que sus ojos brillen, quería ser
amado por él.
¿Pero cómo
lograrlo cuando él solo me veía como una diversión momentánea? Un deseo que
después de ser saciado, dejaría de lado como si nunca hubiera sido parte de él.
−No quiero
esto… ya no más. No quiero terminar como todos aquellos−Hipé− No quiero ser
solo un desliz… espero y quiero algo mejor para mi vida. Yo…− No pude continuar
puesto que unos labios se habían entrelazado a los míos con una pasión que
nunca había sentido, siquiera cuando nos besamos en la biblioteca. Era un beso
sumamente delicioso, tanto que logró nublarme los sentidos y me incitó a
corresponderlo. Lo correspondí con una
pasión desconocida para mí, solo quería fundirme en esos labios. Esos labios
que me quitaban el aliento, esos con los cuales soñaba todas las noches. Se
separó lentamente de mí entremezclando nuestras agitadas respiraciones.
−¿En verdad crees
que eres un simple desliz?− Me miró seriamente a los ojos, al mismo tiempo se
ocupo de limpiar los restos de lágrimas que aún quedaban en mis rasgados ojos. –Que
idea tan errada tienes de mi, Daiki. De ser solo un desliz te hubiera tomado
hace ya mucho tiempo, sin importarme utilizar la fuerza para lograrlo− Rió ante
su confesión. –Si hago todo lo que hago, es porque me interesas.
No podía
creerlo, no quería hacerme ilusiones pero por lo que entendí, yo le
gustaba Inoo. Una sensación cálida rodeó
mi pecho y las mariposas volaron en mi vientre, al tiempo que mis mejillas
aumentaban su temperatura.
−Yo…no se
que decir.
−Solo
contéstame a la siguiente pregunta− Tomó mi mentón haciendo que nuestras
miradas se cruzaran− ¿Quieres tener una relación seria conmigo?...quiero decir
¿Saldrías conmigo?. – Mi corazón latía como loco al tiempo que contenía la
respiración. Estaba confuso, pero algo si tenía en claro, lo quería…lo amaba y
sería un verdadero idiota, como dirían mis amigos, si no aceptara.
−Si, si quie…−A
penas pude responder antes de que sus labios devoraran los míos sin compasión.
−Ahora
elimina toda idea de deshacerte de mi, porque a partir de este mismo instante
eres propiedad exclusiva de Inoo Kei…
Continuará.
Ufff, sin
dudas me costó escribir este capítulo. Muchas emociones juntas neh?. Sobre todo
con el YamaJima de por medio jeje.
Denme tiempo
para actualizar este fic, tengo peticiones de fics con las cuales cumplir :)
Espero les
haya gustado y espero sus lindos comentarios n.n.
lunes, 16 de julio de 2012
Pedidos de Fanfics
Bueno, tal y como indica el título, como estoy de muy muy buen humor, voy a aceptar peticiones de fics. ¿Qué es esto?
Pues verán mis queridas seguidoras n.n si ustedes quieren puedo escribir un fic que ustedes quieran, para ello van a tener que hacer un comentario en esta publicación con los siguientes datos:
Grupo musical: (Aclaro que no tiene que ser, necesariamente, de Hey! Say! JUMP o de Jpop, puede ser de Super junior (kpop) u otro grupo o artistas que quieran)
Pareja: (Yamajima, InooDai, Yamachii, TakaYama, TakaJima, Takachii, AriYama, etc)
Tipo: Yaoi/Yuri
Género: Romance, lemon, angst, Fluff, Hurt/comfort, songfic (aclaren la cancion y el artista de cual proviene), violencia, Universo alterno (puede ser de vampiros y esas cosas (?)).
Clasificación: OTP, +17, +13, apto para todo publico, OOC,
Extensión: Oneshot, Twoshot, Seriado (la extensión dependerá de lo que salga de mi cabecita pelirroja (?)) y Drabble.
Descripción: coloquen básicamente de que quieren que trate su historia n.n.
En caso de ser en una escuela y que los protagonistas estudiantes, aclaren a que curso asiste cada uno n.n
oootra cosilla más: aclaren, porfis, quien es el uke y quien el seme...hay algunas cosas que desconozco (?) hahahaha esperaré sus comentarios >.<
Pues verán mis queridas seguidoras n.n si ustedes quieren puedo escribir un fic que ustedes quieran, para ello van a tener que hacer un comentario en esta publicación con los siguientes datos:
Grupo musical: (Aclaro que no tiene que ser, necesariamente, de Hey! Say! JUMP o de Jpop, puede ser de Super junior (kpop) u otro grupo o artistas que quieran)
Pareja: (Yamajima, InooDai, Yamachii, TakaYama, TakaJima, Takachii, AriYama, etc)
Tipo: Yaoi/Yuri
Género: Romance, lemon, angst, Fluff, Hurt/comfort, songfic (aclaren la cancion y el artista de cual proviene), violencia, Universo alterno (puede ser de vampiros y esas cosas (?)).
Clasificación: OTP, +17, +13, apto para todo publico, OOC,
Extensión: Oneshot, Twoshot, Seriado (la extensión dependerá de lo que salga de mi cabecita pelirroja (?)) y Drabble.
Descripción: coloquen básicamente de que quieren que trate su historia n.n.
En caso de ser en una escuela y que los protagonistas estudiantes, aclaren a que curso asiste cada uno n.n
oootra cosilla más: aclaren, porfis, quien es el uke y quien el seme...hay algunas cosas que desconozco (?) hahahaha esperaré sus comentarios >.<
Premio n___n
Bueno antes que nada quiero agradecerles a todas mis lectoras *mueve su mano como la reina* y espero que de a poco mi blog se vaya haciendo mas conocido n.n. Espero poder conocer más gentecita linda que ame los JUMPs como yo lo hago n.n y que disfrute de las historias que creo de ellos :)
Reglas
Contesta las Preguntas y Luego Otorga esto a los Blog que creas que son Lindos
Preguntas :
1.- ¿Que te gustaría hacer mas adelante?: Cumplir mis metas.
2.- ¿Hay algo que deberías hacer ahora pero no lo estas haciendo?:Estar en la Universidad.
3.- ¿Cual es Tu Color Favorito?: Rojo n.n
4.- ¿Que música te gusta?: Kpop, Jpop, Visual Kei, rock, etc etc
5.- ¿Cual es tu animal favorito? : El león *-*
6.- ¿Cual es tu Estilo? : bastante invisible? (?)
7.- ¿Como estas Vestida/o Ahora? : jeans, buzito rojito y zapatillas
8.- ¿Te Gusta Bailar?: Si , aunque tablón (De Ed, Edd y Eddy) es mejor x.x
9.- ¿Te Gusta Cantar?: Me encanta xD
10.- ¿Que canción Escuchas ahora?: Magic power de Hey! Say! JUMP
11.- ¿Crees que tu Blog es Lindo?: No xDDD Aunque voy a hacer todo lo posible por mejorarlo...cuando aprenda a usarlo xDDD
mmmm le sedo el premio a:
Atzin & ammis
jumping to my fic
jumping to my fic
Satommy
Yuumhi
Mabelucome
Hitomy-chan
Natsumi-chan
yaoisaotaku
domingo, 15 de julio de 2012
My sexy playboy
Título del fanfic: My sexy playboy
Pareja: InooDai- YamaJima
Tipo: Yaoi
Género: Romance- lemon
Clasificación: +17.
Extensión: veremos (?)
Advertencias: Sexo explicito.
Descripción: La historia está desarrollada en torno a Arioka
Daiki, un adolescente normal de 17 años,
con calificaciones promedio en un Instituto normal, una familia amorosa y
buenos amigos. En su último año, su vida da un giro de 180° cuando un
estudiante de último año, Inoo Kei, considerado un total busca pleitos y Casanova
en todos los institutos de Seúl, es transferido al suyo.
Comentario de la
Autora : Este fic esta dedicado a mi hermanita hermosa,
Yuumhi, por su cumpleaños. Espero te guste tu regalo TRASADO hermosa n_____n.
Ya se que hace mucho que no escribo, pero prometo ponerme al
corriente D:
Nota : Leeré TODOS y CADA UNO de los comentarios, si tienen
ideas o quieren aportar como les gustaría que continúe escribiendo los fics,
las tomaré en cuenta para mis próximos proyectos. Me gusta escribir fics por y
para lectoras que, como yo, aman las parejas de Hey! Say! JUMP n.n.
Estaba en el más lindo sueño comiendo uvas cuando un
molesto ruido me hizo volver a la realidad, maldito despertador.
–mmm, 5 minutos más- Intenté volver a acurrucarme entre las
frazadas.
– ¡Daiki, es hora de
levantarte, llegarás tarde al instituto
en tu primer día!– La voz de mi madre solo hizo que mi cuerpo tuviera aún menos
voluntad para abandonar la cama que, extrañamente, cuando era hora de
levantarme se volvía más reconfortable. – ¡Baja a desayunar!
– ¡En unos minutos
estaré listo! – Con gran fuerza de voluntad me despegué de mi lecho, tome el uniforme
que había preparado el día anterior, que constaba de una camisa blanca, un
pullover azul, corbata azul, pantalón negro y zapatos negros, y me dirigí al
baño que tenía en mi habitación. Media hora después estaba totalmente listo,
bajé a desayunar. Besé la mejilla
izquierda de mi madre, despeiné el cabello de mi hermano mayor y le di los
buenos días a mi padre que leía el periódico.
–Cada día te tardas más y más en arreglarte, vas al
instituto no a una cita…quiero creer– Opinó mi hermano al tiempo que acomodaba el desorden que causé en su cabello. Siempre tenía algo que
acotar…pero lo quería tanto que solo atine a sonreírle.
–¡Respeta a tus menores!- Era algo tonto, incluso traté de sonar firme, pero solo
obtuve una sonrisa burlona de su parte.
– Hai ~… ¡solo recuerda presentarme a mi cuñada! –Escuche a
mis padres reír y me puse más rojo que un tomate. Lo cierto es que a mi me
gustaba una chica, no era de mi instituto, puesto que iba a un instituto que
solo era de chicos, aunque aún no sabía si mi amor era correspondido.
Salí apresurado, como siempre, tomé el autobús en el cual
viajaba esa chica que tanto me gustaba, Yui. En cuanto notó mi mirada me sonrió
y se acerco a saludarme como siempre, hablamos de cosas triviales hasta que
tuvo que bajarse.
Al estar cerca de la entrada principal de mi instituto, noté
como un costoso auto negro con vidrios polarizados pasaba a mi lado
deteniéndose en ésta. De él bajó el chico más sexy que haya visto alguna vez en
mis 17 años de vida. Su cabello era de un bello color negro desordenado y, por
lo que mis ojos captaban, era alto y estaba dotado de un buen cuerpo. Su
uniforme lo llevaba de manera desordenada, sin quitarle lo sensual, con una
cadena colgada en su cadera derecha y unas cuantas en el cuello con una cruz,
notándose por su camisa a medio abrochar; dándole ese toque provocador que
esparció un calor por todo mi cuerpo.
Dejé de observarlo por temor a que se dé cuenta y porque
quería dejar de babear por un chico que siquiera conocía.
–DAAAAAAAAAAAAAAIIIIII– Volteé justo a tiempo para recibir
el efusivo abrazo de uno de mis mejores amigos, Hikaru– Nos vimos ayer, pero
extrañaba verte con uniforme– Me atrajo hacia él acariciándome el cabello como
si de un perrito tratara. – Awww, me pregunto que nos deparará este año…es el
último después de todo. ¿Será que por fin perderás tu sagrada virginidad?- Ante
esto último mi rostro se puso como un semáforo, cubrí la boca de mi amigoy miré a todos lados con temor de que alguien lo hubiera escuchado. Le dediqué una mirada retadora a lo cual él salió corriendo al interior del instituto incitándome a perseguirlo hasta
mi, ahora, salón de clases. Saludé a algunos de mis compañeros, algunos nuevos,
otros ya los había tenido en años anteriores.
Tomé asiento junto a Hikaru y nos quedamos hablando sobre
nuestras aburridas vacaciones.
–¡ Chicos! – volteamos a ver a mi otro mejor amigo, Ryosuke– Primero que nada, buenos
días…segundo, ¿se enteraron?
–¿Qué cosa?– Pregunto mi amigo, el rey de los
chismosos. Pude percatarme que no solo
él, sino que varios en el curso prestaron atención a lo que Yama-chan, como le
decíamos Hika y Yo, decía.
– Inoo Kei, el mismísimo que todos conocemos, se trasladó a
nuestro instituto este año…lo vi en la sala de profesores– Su voz tembló un
poco. De la nada los murmullos invadieron el salón y yo no entendía el por qué.
– Yama-chan…¿Quién es ese tal….?
–¡¿ No conoces a Inoo Kei?! – Toda la clase quedo en
silencio mirándome sorprendida. - ¿Es que acaso vives en un frasco de Yogurt?
–Lamento mi ignorancia- Si algo se me daba bien, era el
sarcasmo.
–Veras mi querido gatito…Inoo Kei es uno de los chicos más
problemáticos entre los institutos de Seúl, su fama se debe a su, déjame
decirte físico; a su personalidad problemática y al tipo de familia del cual
procede.
– Pero, si es tan problemático… ¿Por qué no lo expulsan y
ya?
–Elemental mi querido Arioka…su familia tiene una gran
posición económica, lo cual le permite estar en el instituto que quiera, el
tiempo que quiera y hacer lo que se le venga en gana. De todos modos por el tipo
de familia de la cual proviene, tiene un excelentísimo nivel académico, así
que, aún sin hacer nada, sus calificaciones son las mejores de todos los
institutos en los que ha estado.– Ryosuke sabía, y mucho. Analicé la
información y me di cuenta que en cierta forma tenía sentido…no era más que un
niño caprichoso que iba a divertirse a la escuela, no a estudiar como muchos.
–También es muy conocido como todo un casanova–Agregó – Con
chicas y chicos, así que ten cuidado Dai – No aguanto la risa y Hikaru le hizo
coro.
–¿Por qué lo dices?– Inflé las mejillas de manera tierna
mostrando una cara de enfado.
–Solo mírate– Yamada me tomó por las mejillas, tirando de
ellas. – Eres lo más lindo que hay– Me abrazó hasta quitarme el aire.–Con ese rostro cualquiera se conformaría...–Los miré mal y me senté con los brazos cruzados mirando al frente, aún sintiendo las risas de fondo de más de uno de mis compañeros de curso.
Entró el profesor, haciendo que todos volvamos a nuestros
respectivos lugares.
Al término de la clase fuimos a la cafetería, moría de
hambre. Nos enfrentamos a un gran tumulto de gente que supuestamente esperaba
al chico problema. Nos acomodamos en una mesa apartada y conversábamos de
trivialidades mientras reíamos por las ocurrencias de Hikaru. De la nada
escuchamos un escándalo formado por los demás estudiantes, en la puerta se
podían apreciar tres estudiantes…¡ahí estaba el sexy chico que había visto en
la entrada!...oh-oh.¡ No, no, no, no, noo!... él no puede ser…
–Mira, el que está en el medio es Kei-sama…esta en último
año.– Los tres caminaban entre los estudiantes con sus bandejas, a medida que
estos caminaban, los estudiantes se apartaban con respeto, nerviosismo o
admiración. –Al parecer no solo él, sino que sus dos mejores amigos se
transfirieron… esto solo significa que él está por algo importante.
–¿Importante?– Esto de no saber nada me estaba molestando.
–Sí, con Yama-chan sabemos que siempre que los tres se
transfieren a un instituto es porque buscan algo importante. El del cabello
rubio que está a su derecha es Takaki Yuya,
Su madre es actriz y su padre un famoso empresario, está en nuestro
mismo año pero en la otra sección. Igual
que el cabello negro, que está a su izquierda, es Nakajima Yuto, conocido
porque su familia posee una gran cantidad de hoteles, es un tanto sádico según
escuché…ten cuidado- Hikaru me relataba con lujo de detalle ante mi atenta
mirada.
El trío de playboys se paró frente a una mesa que tenía a
estudiantes de primer año, no muy lejos de la nuestra. Toda la cafetería quedó
en silencio.
–¿Es necesario que diga que se muevan?– Su hermosa voz,
acompañada por esa sonrisa de lado, me quitó el aliento. Los pobres chicos
salieron corriendo sin pensarlo dos veces, extrañamente sonrojados, dejándole
el paso libre al trío. El lugar volvió a la normalidad no obstante, no podía
quitar la vista del perfecto rostro del chico problema. Escuchaba de fondo la conversación que mis
dos amigos compartían, pero toda mi atención estaba centrada en Inoo, el cual
hablaba de quien sabe que con sus amigos.
Mi mirada había sido demasiado persistente, tanto que sus
ojos se posaron en mí. Sus ojos eran de un marrón oscuro, que solo agregaban
sensualidad a su perfecta imagen y reflejaban diversión, me regaló una sonrisa
de lado. Bajé mi rostro sonrojado, por un momento, y volví a mirarlo; él seguía
con esa sonrisa que, luego de mi reacción, fue en aumento. Volteé la mirada
hacia mis amigos que hablaban de algo de lo cual no tenía idea sin embargo,
sentía aún su mirada sobre mí.
–Tenemos que elegir a uno de nosotros que se haga cargo–
¿eh?...¿De qué me perdí?– Dai-chan, hazlo tú…te conoces el reglamento a la
perfección y muchos aquí te respetan.
–¿De qué hablan?
–¿En qué estás pensando últimamente que andas en la luna?
–Lo siento– Bajé la mirada avergonzado.
– Hablo de que todos los años eligen a un estudiante de
segundo que vigile la sala de castigos, algo así como un asistente del profesor
a cargo…¿qué dices?.
–No creo que sea buena idea… puede que…
–Puede que eso te ayude a adquirir tu tan esperada beca universitaria,
Dai-chii– Me interrumpieron con esto, terminando por convencerme.
Al término de las clases, como mi rol me lo indicaba, me
quedé para vigilar la tan dichosa sala de castigos. Esperaba, desde el fondo de
mi corazón, que nadie estuviese. Al ingresar saludé al profesor, que me dio las
indicaciones de cómo tenía que manejar la situación; sólo tenía que mantener la
sala en silencio y dictar unos ejercicios de matemática para entretener al, o a
los estudiantes, que estuvieran en penitencia. No parecía una tarea difícil,
acepté el encargo y me dirigí a mi puesto. Volteé para saludar encontrándome
con la fija mirada de Inoo Kei. Dios, dime que esto es un error, por favor.
–Buenas tardes, mi nombre es Arioka Daiki y soy el
estudiante de segundo año que estará a cargo de esta sección por este año.–Le
regalé una de mis mejores sonrisas a pesar de los nervios que me invadían.
Sabía de sobra que él era un chico problemático, tendría sumo cuidado. –
¿Podrías decirme por qué estás aquí siendo el primer día de cursada? –Traté de
sonar lo más amable posible. – Honestamente esperaba encontrarme con una sala
vacía.
–Pues ya ves que no, Dai – Me desconcertó la manera tan
informal de dirigirse a mi ¡No me conoce!. Suspiré tratando de pasar eso por
alto y lo incité a continuar, aún no me había dicho el motivo de su presencia.
–Estoy aquí porque le toqué el trasero a la profesora de inglés, vaya decepción,
fue como tocar una tabla– Me respondió con una sonrisa burlona. Me sonrojé
hasta las orejas ¡era peor de lo que pensaba! ….¡¿En qué me metiste Hikaru?!.
–De acuerdo–
Carraspeé incómodo – Tengo entendido que debo darte unos ejercicios
mientras estés aquí bajo mi cargo – Suspiré con resignación, tomé una tiza y me
dispuse a copiar los ejercicios que me había encargado el profesor. Podía
sentir su intensa mirada, provocándome el escalofrío de mi vida; Volteé mi
cabeza para corroborar si no me estaba volviendo loco y lo que vi me dejo de cuadros,
no solo me estaba mirando a mi…estaba mirándome el trasero de la manera más
hambrienta que haya visto. Me sonroje violentamente y me dediqué a terminar de
copiar rápidamente para tomar asiento y así evitar su mirada.
Pasaron unos minutos y el chico busca problemas me anunció
que había terminado, dejándome sorprendido. Me incorporé y me dirigí hacia él
para tomar su hoja con los ejercicios, notando en su mano varios anillos, y
corregirla ante su atenta y hambrienta mirada, ahora, hacia todo mi cuerpo sintiéndome
completamente desnudo.
–¿Quieres dejar de mirarme así?... Me pones nervioso y no
logro concentrarme.
–No, me gusta lo que veo- Ronroneo. Un escalofrío recorrió
mi cuerpo ante la última frase dicha por él. –¿Tienes pareja?– Paré de corregir
y lo miré sorprendido, ahora sus ojos estaban puestos en los míos.
–Primero no soy tu amigo, respétame. Segundo…es mi vida
privada, no tengo que responderte y menos por insolente. –Traté de sonar firme,
pero creo que el rubor en mis mejillas me delataba. Me sonrío de manera coqueta
y me recorrió nuevamente el cuerpo con su intensa mirada. Continué en lo mío
tratando de ignorarlo, sus ejercicios estaban perfectos, incluso su caligrafía
lo era dejándome anonadado. –Están perfectos, no entiendo como un estudiante de
tu categoría estudia aquí…–Suspiré– Al menos deberías respetar a tus profesores
y permanecer en clase, oí que sales en medio de una explicación como si no te
importara…estar en frente de los alumnos es más duro de lo que puedas llegar a
pensar.
–Nada de lo que esos idiotas enseñan me interesa, son cosas
que ya se…además, si por hacer de las mías voy a compartir castigos contigo, lo
haré siempre.– Mi corazón golpeó mi pecho con fuerza, no esperaba esa clase de
respuesta. –Ahora… ¿Tienes pareja? porque, creeme, lo último que quiero es ser tu amigo– Se lamió los labios produciendo un horrible escalofrío en mi cuerpo.
–Que persistente–Suspiré con fastidio quitándome un mechón
de cabello que cubría mi ojo. –No, no tengo ¿feliz?– Respondí sarcásticamente.
–Como no tienes idea– Ronroneó, estaba al borde de un paro
cardíaco. Oh, Oh. Detecto peligro, líbrate de él Daiki o todo terminará mal.
–Bueno, creo que es suficiente por hoy…supongo que ya puedes
irte a casa– Caminé con intención de irme pero al momento de abrir la puerta,
ésta fue fuertemente cerrada asustándome. Me volteé molesto para enfrentar al culpable, grave error. Lo
tenía a menos de 5
centímetros de mi rostro, con una sonrisa de lado,
pudiendo sentir no solo su aliento a menta, sino que también la fragancia
masculina que portaba y me nublaba los pocos sentidos que aún me quedaban.
–Aún no quiero irme, gatito.–Abrí mis ojos sorprendido
¿desde cuándo se había tomado tantas libertades conmigo?. Sentía que se me iba
a salir el corazón el cualquier instante.
–No estoy para bromas, debo irme a casa, déjame salir– Mi
voz disminuía y todo porque a cada palabra, Inoo se acercaba más y más. Cerré
mis ojos por instinto esperando lo peor; se acercó a mi oído soplándolo y
causándome suaves descargas.
–¿Quién esta bromeando, acaso te disgusta mi compañía?–
Mordió mi lóbulo derecho, sacándome un jadeo, jadeo que lo hizo sonreír. Aún no
pudiendo verlo podía sentir como sus facciones cambiaban a causa de la
excitante cercanía. Descendió hasta mi cuello depositando un beso
apasionadamente húmedo que me quitó el aliento, haciendo mis piernas gelatina;
tendiendo a colocar mis manos en sus hombros para no caer. Éstas se deslizaron
a su pecho tratando de apartarlo sin embargo, el que él sea más alto y fuerte,
y las descargas constantes en mi cuerpo, me confundían.
Su mano derecha presionaba la puerta, sosteniendo su peso,
mientras su mano izquierda descendía desde la puerta a mi hombro, deslizándose
por mi pecho y brazo derecho hasta posarse en mi estrecha cintura en un agarre
posesivo, atrayéndome hacia él, apegando nuestros planos vientres mientras él se entretenía con
mi cuello. Mi cuello era besado lentamente, como si disfrutara de cada beso,
cada lamida y cada succión dada en el mismo, como si se tratara del dulce más
delicioso. De un momento a otro se separó para aspirar en mi cuello.
–Tu aroma es adictivo, creo que quiero Daiki para la cena– Dio
una larga lamida desde el límite del cuello de la camisa, hasta mi mandíbula,
haciéndome suspirar y suavizar la resistencia de mis manos. Basto solo un
segundo para apegarse rápidamente a mis labios en un beso apasionado que me
tomó por sorpresa. Sus labios eran suaves y tenían un sabor y una habilidad que
me hacía querer más. La mano que sostenía la puerta se despegó de ésta
exclusivamente para unirse a la otra en mi cintura, recargando mi espalda en la
fría superficie. Su lengua lamía mis labios de una manera sumamente seductora
haciéndome cerrar los ojos y acariciar su pecho sobre la ropa, haciéndolo
suspirar entre besos y lamidas a mis labios; su mano derecha se dedicaba a
acariciar mi pecho y mi abdomen por debajo de mi pullover de lana, pero sobre la
camisa del uniforme que llevaba, aumentando las descargas en mi cuerpo a casa
rose. Se sentía endemoniadamente bien, podían preguntarme mi nombre que no
sabría la respuesta…estaba perdido en el placer que mi Senpai me brindaba.
Ambas manos, de un momento a otro, se dirigieron a mi
trasero, acariciándolo, disfrutando del roce haciéndome jadear suavemente.
–mmm a esto llamo un trasero delicioso mi Dai – Lo apretó –
Lo mejor es que es mío y de nadie más– Presionó un poco más esa zona y se
colocó entre mis piernas atrayéndome hacia él suministrándonos un delicioso
rose entre nuestras partes más sensibles, arrebatándonos un sonoro gemido que
aprovechó para introducir su dulce lengua, llegando casi hasta mi garganta.
Su cadera comenzó con un adictivo vaivén que se compenetraba
con su lengua que parecía estar haciéndole el amor a mi cavidad. Mis manos, que
antes estaban en su pecho tratando de apartarlo ahora estaban, una enredada en
su sedoso cabello negro atrayendo su boca aún más a la mía, y la otra en su espalda baja tratando de reducir cualquier espacio entre nuestros cuerpos, al igual que él que presionaba cada vez más
mis glúteos haciendo el rose de nuestros miembros más y más intimo. ¡¿En qué
momento me había vuelto tan atrevido
como para tocarlo de esa forma?!.
Más que besos, parecía que nos queríamos devorar el uno al
otro; Kei subió una de sus manos a mi nuca tomando rápidamente el control de la
situación, haciendo que su lengua llegara más profundo dentro de mi cavidad
bucal que se esforzaba por seguirle el ritmo salvaje, a la vez que liberaba mis
gemidos. Lo separé un poco de mi, formando un hilo de saliva, porque necesitaba aire, mis pulmones lo
necesitaban urgentemente; en cuanto lo hice, se apodero nuevamente de mi cuello
dando una sensual mordida y una fuerte succión que seguramente dejaría una gran
marca, pero en ese momento no me importaba, solo quería más y más de esta
sensación y mi entrepierna comenzaba a doler. Volvió a mi boca penetrándola sucesivamente con su lengua y, por un momento, nuestras miradas se cruzaron,
percibiendo el gran deseo que desprendía la suya, haciéndome reparar en la situación que me
encontraba: acorralado contra la puerta de la sala de castigos por Inoo Kei, un
busca pleitos y Casanova por excelencia, mientras recorre mi cuerpo y me besa a
su antojo.
Con toda mi fuerza de voluntad lo aparte de mi con un
empujón, abri la puerta y salí corriendo a toda la velocidad que mis piernas me
lo permitían. Corrí hasta la parada de autobuses que, para mi suerte, tenía un
bus estacionado y me dirigí a mi casa con una gran adrenalina recorriendo cada
una de mis células.
–Esto no se puede repetir… nunca.- Apoyé mi mano derecha en
mi corazón sintiendo su fuerte palpitar. – Inoo Kei ¿qué me has hecho?...
El camino de regreso a casa jamás había sido tan largo como
ahora, estaba sumamente nervioso y me dediqué a pensar en cómo disimular esta
sensación delante de mi familia, no quería que se preocuparan.
Llegué a casa un tanto agitado sorprendiendo a mi madre.
–¡¿Daiki, hijo, te encuentras bien?!- Subí rápidamente las
escaleras para evitar que vea mi rojísimo rostro, al tiempo que le respondía.
–¡Si! Sólo estoy un poco apurado, iré a tomar un baño.
–¡De acuerdo, cielo!.
Me adentré rápidamente a mi habitación con el corazón
prácticamente en la mano y me tiré boca abajo sobre mi cama de plaza y media,
tratando de controlar mi alocado músculo.
–Tengo que dejar de pensar en eso….en…él- Inmediatamente los
recuerdos volvían a mi mente, su hermoso rostro, esa sonrisa que le quitaba el
aliento a más de uno, su voz, su aliento mentolado. –¡BASTA!–Me tapé la boca
asustado esperando que nadie más que yo escuchara mi exclamación. Aún boca abajo tomé mi almohada y cubrí mi
rostro liberando un grito de frustración. Aún podía sentir su tacto en mi
cuerpo y mis labios tenían la sensación de los suyos, además del adormecimiento
por la intensidad de los besos. Mi cavidad aún tenía su sabor, su dulce sabor
intacto aumentando la frustración y la culpa en mi pecho. ¡¿Por qué cedí tan
rápido ante él?!. Seguro ahora piensa que soy un fácil y que podrá tenerme cada
vez que le venga en gana.
Una extraña sensación de calor me invadió, obligándome a
retirar el pullover de lana de mi cuerpo. En el proceso no pude evitar
sorprenderme, mi pullover estaba inundado de su embriagante fragancia. –¡Demonios!.– Me quité toda mi ropa, frustrándome entre prenda y prenda a causa
de que todo olía a él, quedando en ropa interior.
Ingresé al baño y opte por una ducha para eliminar todo
rastro de él. Sentir el tibio líquido en mi cuerpo logró relajarme al menos por
unos minutos. En cuanto tomé mi gel de ducha, fragancia uva, y lo incorporé a
mi cuerpo; con cada toque que la esponja ejercía en mi cuerpo lo imaginaba a él
proporcionándomelo. Terminé mi baño no relajante lo más rápido que pude y me
dispuse a secarme; en un momento me dispuse a verme en el espejo para encontrar
lo que podría llegar a ser atrayente para el chico problema, vaya fue mi
sorpresa al notar tres grandes marcas en la conexión de mi hombro y mi cuello,
completamente violetas. Las rocé con las yemas de mis dedos y atiné a
ruborizarme, llamaría a Hikaru para pedirle un consejo. Un golpe en la puerta
me sacó de mis pensamientos.
–Dai, hermano, la cena ya está lista.
–Bajo en un momento.
–Pues apúrate o me comeré tu parte.
Rápidamente me dispuse a ponerme mi pijama y me coloqué un
pañuelo, después inventaría una excusa.
Me senté teniendo a
mi hermano en frente y mis padres a mis lados, uno en cada punta de la mesa, y
me dispuse a comer la deliciosa cena que mi madre había preparado.
–¿Hijo, estás enfermo?– Tal y como esperaba, el pañuelo
llamó la atención de mi padre.
–Tomé un poco de frío esta mañana y ahora me siento un poco
adolorido de la garganta.
–Cuídate ¿si?.
–No te preocupes, seré más cuidadoso.– Sentí una mirada fija
en mi, volteando hacia mi hermano. Su mirada me escaneaba detalladamente
poniéndome nervioso, él era más listo de lo que uno podría llegar a pensar.
Terminé de cenar y subí a mi habitación, mi hermano me
siguió el paso puesto que su habitación quedaba frente a la mía.
– A mi no me vas a hacerme tragar el mismo cuento… estoy más
que seguro que esas marcas en tu cuello no son precisamente debido a un
resfriado. –Casi me daba un paro cardíaco al escuchar eso. –No voy a obligarte
a que me digas la verdad, sólo no me mientas.
–Lo siento, aniki…es solo…es vergonzoso hablar de ello.
–¿Fue un estudiante de tu instituto?
–Si-Dije en medio de un suspiro liberador. Tenía suerte de
tener un hermano como él.
–¡Entonces esperare pacientemente a que me presentes a mi cuñado!
Espero tenga dinero porque con lo que comes y lo caprichoso que eres, hay que
ser millonario– Me abrazó entre risas y entró rápidamente a su habitación,
aprovechando mi estupefacción. Retiro lo dicho, no es NADA bueno tener un
hermano así.
Me adentré a mi habitación aún procesando lo que mi osado
hermano había dicho y me dispuse a llamar a Hikaru. Tomé mi teléfono celular y
marqué su número que me sabía de memoria.
–Moshi moshi– Reí por su manera de atenderme.
–¿Otra vez viendo anime hasta tarde?
–Dai-chii, pequeñín ¿a qué le debo el placer de tu llamada a
las…10 de la noche?
–¿Pequeñín? Ok, lo pasaré por alto…Primero: Hika, te odio.
Segundo, tengo algo vergonzosamente importante que contarte
–Primero: es mutuo, segundo… ¿tiene que ver con tu responsabilidad
de cuidar a la sala de castigo?
–Me alegro, y si. ¿Te das una idea de lo que tuve que pasar hoy?
–No….la verdad que no tengo la menor idea– Odio al Hikaru
sarcástico.– Ya dime y libera tus penas con el psicólogo Hikaru-sama.
–Estuve a cargo de la última persona a la cual quería
ver…Inoo Kei–Dije su nombre en un susurro que no estoy seguro que haya
escuchado.
–¡¿Inoo Kei?!– me alejé un poco el teléfono de mi oído– ¡Qué
envidia! No sabes lo que hubiera dado por estar en tu lugar aggggrrr eres un
maldito afortunado ¿sabes?.
–¿Por qué será que no me siento de la misma forma?
–Estas mal, Daiki. Cualquiera del instituto daría su brazo
derecho por un momento a solas con él.
–No cuando te mira de manera hambrienta, te acorrala contra
la puerta de la sala de castigos, cerrada, y prácticamente te quita la
virginidad.
–Eres un exagerado, gatito. Él no haría…¡Un momento!–Me sobresalté
casi tirando el celular– …Cargando información… La base de datos de virus ha
sido actualizada- Reí ante el tonto comentario de mi amigo con perfecto acento
español.
–Eres un idiota, tómame enserio– Traté de sonar serio pero
aún continuaba riéndome.
–¡¿Me estás diciendo que tu, Arioka Daiki, tuviste un
momento de tan grande intimidad con el mismísimo Inoo Kei?!
– emmm ¿eso creo?– Dudé en responder.
–Ahora si no tengo dudas –Una interrogante se formo en mi
cara aunque él no podía verla- ¡¿Te das una idea de lo malditamente afortunado
que eres?!
–Hikaru… ¿Escuchaste bien lo que te dije?...¡Prácticamente
fui violado por él! De no ser porque me escapé, habría…
–Idiota…perdiste la oportunidad de perder tu virginidad. –Un
enorme calor me invadió desde mis pies, extendiéndose hasta mis mejillas
–¡ Yaotome!
–Lo siento, pero … ¿Qué tan bueno es besando?–
involuntariamente mis dos de mis dedos acariciaron mis labios, reviviendo el
momento.
–No voy a responder a eso
– ¡Daiki!
–¡He dicho que no y punto!
–De acuerdo– Destacó su tono desilusionado. – Y… ¿Qué
piensas hacer? Porque déjame decirte que tendrás que verlo muy seguido no solo
en el instituto, sino que también, en la sala de castigos. No olvidemos que es
un chico busca pleitos muy conocido.– Suspiré con pesadez ante lo último.
–No lo sé, solo sé que no quiero volver a verlo en lo que
queda del año. Con sólo recordar lo que pasó, me muero de vergüenza.
–Anímate. Yama-chan y yo estamos contigo para lo que
necesites.
–Gracias, baka. Sabía que podía contar contigo a pesar de
que quiera ahorcarte por las cosas que me dijiste.
–De nada, ahora enserio… ¿Qué tan bueno es besando?– Suspiré con resignación y corté la llamada.
Seguramente mañana me reprocharía por ello, pero no estaba dispuesto a
contestar sus preguntas bochornosas.
Opté por cubrirme con las mantas y a tratar de dormir, y
digo tratar porque después de las emociones del día de hoy, dudo lograrlo.
Mañana sería otro día, día en que tendría que evitar cualquier acercamiento con
Inoo costara lo que costara.
Al otro día fui precavido y me coloque nuevamente el
pañuelo, con la excusa de que hacía frío, para ir a la escuela, me despedí de
mis padres y fulminé con la mirada a mi hermano, que me miraba divertido.
Me crucé con Yui en el autobús olvidándome por un momento de
mis preocupaciones hasta que pisé la entrada del instituto
En la entrada me sorprendí al ver a un Inoo Kei con el
rostro dañado, no era mucho pero al sangre era notoria. Se encontraba caminando
normalmente hasta que me vio y me regalo una sonrisa seductora que me hizo
temblar. A pesar de que mi cabeza me decía que no me acercara, que era una
persona que seguramente terminaría lastimándome, lo hice. Mi parte emocional me
decía que debía ayudar al prójimo, aún si éste era el mismísimo demonio.
–Senpai….¿Estás bien?
–Ahora si– Me tomó desde la parte trasera de mi cabeza con
la intensión de un acercamiento más íntimo, acercamiento que no le permití al
colocar mi mano entre nosotros.
–Estas herido, déjame llevarte a la enfermería... por favor
–Puse mi mirada más suplicante. Creo que funcionó, dejó salir un gran suspiro y
asintió. Lo tomé del brazo y lo guié hasta dicha sección.
Llegamos a la enfermería y saludé a Marie, la enfermera a
cargo, la cual conocía ya que Hikaru se lastimaba a menudo.
–Daiki-kun, tiempo sin vernos–Me sonrió dulcemente, para
luego posar su mirada en Inoo. –Veo que esta vez no es Hikaru-kun…¿Qué te
ocurrió?– se acercó con intención de revisarlo pero, en el momento en que su
mano estuvo a menos de medio metro, Inoo se corrió dándole una mirada de
completo desagrado.
–No dejaré que esta cualquiera siquiera me toque– Ambos
quedamos con los ojos como platos. ¿Por qué había reaccionado de esa forma?.
–Inoo, ella es quien puede curar tus heridas…no es
conveniente que permanezcas con el rostro de esta forma el resto del día.
–No quiero si quiera verla, que se vaya– La miró con
profundo desprecio.
–Yo…– Marie no sabía que decir.
–Yo me haré cargo de él, Marie. Tu ve tranquila, cualquier
cosa te haré saber– Le sonreí con intención de calmarla, lo cual a mi parecer
funcionó.
Esperamos hasta que Marie se vaya y, al no ver a nadie en la
habitación además de nosotros, tomé el botiquín de primeros auxilios y curarlo
yo mismo. Le pedí que se sentara en una de las camas de la habitación y me
dispuse a curar la herida que tenía en su labio inferior. Coloqué el algodón con alcohol esperando una reacción
negativa. Me llevé una gran sorpresa al ver que no se quejaba, siquiera daba
señales de molestia. En todo el lapso en el que lo estuve atendiendo él no
dejaba de mirarme fijamente, aunque no era la misma mirada hambrienta de ayer,
era una completamente distinta….pero igual o más intensa.
–Creo que con eso estarás bien– Guardé las cosas que había
utilizado y me moví con intención de agrandar el espacio que nos separaba,
inesperadamente me tomó por la nuca, atrayéndome hacia él en un beso que me
quitó el aliento. Una de sus manos de deslizó hacia mi cintura y me tumbó sobre
la camilla en la cual estaba sentado, colocándose sobre mi e impidiendo todo
intento de escape. Se separó solo unos milímetros de mis labios para permitirme
respirar.
–Ayer te me escapaste, gatito… ¿tienes una idea de lo mucho
que te extrañé todas estas horas?–Lamió mis labios de una manera tan sensual
que un gemido se escapó de mis labios, quitando una sonrisa perversa de sus
labios. –Por lo que veo tú también me extrañaste. –Volvió a besarme pero ahora,
extrañamente, era un beso completamente diferente a los que me había dado
anteriormente. Éste era lento, pero igual de placentero que los demás, haciéndome
suspirar y caer completamente en sus redes. Sentí una de sus manos colarse
debajo de mi uniforme superior, acariciando la piel de mi pecho con la yema de
sus dedos causándome unas deliciosas descargas en toda la extensión de mi
cuerpo.
Me abrasé a su cuello y me apegué lo más que pude a su
cuerpo, mientras que mi acompañante, en medio de una caricia, desciende hasta
mi zona más intima y erógena acariciándola descaradamente por sobre la tela de
mis pantalones, haciéndome ahogar un fuerte gemido en el beso que estábamos
compartiendo. Me quitó el pañuelo que portaba en el cuello, con la intención de
esconder las marcas que me había dejado el día anterior, y se dedicó a besar y
morder las manchas moradas, que seguramente ahora sí permanecerían por mucho
tiempo ahí. Levantó las telas que portaba en mi torso, sin quitármelas, y comenzó
a esparcir suaves besos por toda la extensión del mismo, luego sus besos se
hicieron más insistentes pasando a succiones y próximamente a mordidas, que me
hacían arquearme. Pasó uno de sus brazos por mi cintura con intención de mantenerme
firme y comenzó a succionar mi ombligo suavemente, haciéndome gemir
sonoramente.
–Punto débil ¿neh?–Mordió uno de los bordes del mismo,
quitándome otro gemido. –No sabes cuanto me provocan esos sonidos, Dai– Volvió
a atacar mis labios de manera sensualmente hambrienta, mientras separaba mis
piernas para colocarse entre ellas. Iba
desabrochar mi cinturón, cuando desperté de mi trance apartándolo de mi
cuerpo e incorporándome hasta quedar parado a una distancia prudente.
–Yo… esto no está nada bien… no te conozco y yo…–Expresé un
tanto aturdido por el candente momento en el que participamos anteriormente. Antes
de que pudiera decir algo más, sentí un tirón en mi brazo izquierdo, una mano
en mi mejilla y unos dulces labios en los míos. Lo aparté de mí nuevamente y me
alejé rápidamente hasta quedar a un lado de la puerta. –¡Lo siento! – hice una
venia y abrí la puerta.
Escuché el sonido de la campana que anunciaba el comienzo de
las clases y como pude calme mis hormonas y acomodé mi uniforme adecuadamente.
Continuará...
Bueno se aceptan naranjazos, tomatazos, manzanazos y lo que sea comestible (?
Esperare sus comentarios n___n
PD: Yuumhi no me mates por hacer un fic seriado (?)
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