lunes, 23 de julio de 2012

Contáctenme

Hola! Aquí molestando nuevamente. 
Como veo que tengo algunas lectoras quería brindarles la manera de poder comunicarse conmigo desde cerca.
A continuación expondré los sitios en los cuales pueden encontrarme, para hablar, apurarme para que termine los fics xDD, flashear (?), darme sugerencias fanficsiosas (?) y conocernos mejor :D

Mi Twitter

Mi facebook

Mi face (Perfil de Kyuu)

Mi Tumblr

Y mi msn: Dreamer_JUMP@hotmail.com.ar

Espero así poder ser más unidos, eso me haría muy feliz n___n


My sexy playboy


Hola! Disculpen la demora TnT *la patean* tuve unos contratiempos, además de que no me funcionaba muy bien la pc, espero disfruten de este capítulo n____n.

Capítulo dos:

Una vez hube acomodado mi ropa adecuadamente me dirigí a mi salón de clases, donde me esperaban Hikaru y Ryosuke. En el camino aproveché para regularizar mi respiración y mis hormonas, aunque odie admitirlo, Inoo me había dejado bastante encendido, al punto de dificultarme hasta caminara causa del problema entre mis piernas.
Me senté pesadamente en mi lugar tratando de alejar de mi mente, al menos por unos segundos, a Inoo Kei aunque ya sabía con anticipación que era imposible, y mucho menos después de lo que pasó hace tan solo unos minutos en la enfermería. De solo recordarlo un calor que, para mi gusto, era agradable inundó mi corta anatomía.
–Dai-chan… no quiero ser grosero pero… ¿qué tan lejos llegaron con Inoo-sama?–La voz de Hikaru me sacó de mis ensoñaciones.
–¿Qué? – Lo miré con curiosidad y él señaló mi descubierto cuello. Los colores subieron a mi rostro, haciendo mi cara arder. ¿Cómo se supone que le explicaría lo que pasó sin que saque falsas conjeturas? No pierdo nada con intentar…creo.
– Yo…no es lo que tú crees…yo…– ¿Desde cuándo tartamudeo al hablar?
– ¿Y qué se supone que es lo que YO creo?– ¿Es mi imaginación o Hikaru se estaba burlando de mí?. Últimamente había tomando el rol de ser el centro de burlas de Hikaru y Ryosuke.
–No tiene sentido que te lo diga, de todos modos comenzaras con tus bromas –Bufó molesto y se dedicó a prestar atención a clases. Yo por mi parte solo pensaba en todo lo que había pasado en estos dos días. Ahora sí que no sabría que hacer cada vez que me cruzara al sexy pelinegro…. ¿Dije sexy?....quise decir, pervertido pelinegro….eso. Todo lo que viví cada vez que me lo cruzaba me estaba afectado, debía ser más precavido.
Para mi suerte, o mi desgracia, la clase terminó rápidamente anunciando la hora del almuerzo, en otras palabras, la hora de cruzarme con Inoo de alguna u otra forma ¡Diablos!. Tengo que encontrar la forma de evitarlo a como dé lugar…aún no estoy psicológicamente preparado para verlo al rostro.
 Fui con Hikaru y Ryosuke, prácticamente escondido detrás de ellos, con la esperanza de no cruzármelo, para mi suerte no estaba presente en el comedor, así que me dispuse a elegir lo que iba a comer para después dirigirnos los tres a una mesa apartada.
–Daaaaiiii-chan–Ryosuke me abrazó –Me gustan esas marcas en ti– Se rió malévolamente.– Me pregunto cómo es que las obtuviste… ¿Se te ha olvidado contarme algo?– Ok, ahora tendría que contarle mi vergonzoso momento con Inoo a Ryosuke, sino sería puré de Daiki. Si algo sabía toda la escuela, sobre todo Hikaru y yo, es que nunca, NUNCA, debías hacer enfadar a Yamada Ryosuke, mucho menos si tu casa no es cercana a un hospital.
–Digamos que Daiki tuvo la maldita suerte de ser prácticamente devorado por Inoo en la sala de castigos– Hikaru y su bocota. Apoyé mis brazos sobre la mesa y escondí mi sonrojado rostro.
–Dime que perdiste la virginidad– Lentanté mi cabeza de golpe y lo miré entre sorprendido y aterrorizado.
–El muy idiota lo rechazo y huyo como damisela en peligro
–¡¿Qué?!....Espera, espera… ¿Tu, arioka Daiki….?– Asentí con temor.– ¡¿Es que acaso te has vuelto loco?!– Sentí las miradas de todo el alumnado sobre nosotros, aumentando mi vergüenza.
–Ya no tiene caso que lo regañemos, Ryosuke. Ya lo intenté ayer y no hubo caso.
–De acuerdo– Suspiró –Solo espero que en el próximo encuentro te dejes hacer. – Me atraganté con mi curry.
–¡¿Quieren dejarme tranquilo?!
–No–Dijeron al mismo tiempo que una sonrisa se formaba en sus rostros. Solté un suspiro y me dedique a la delicia que tenía enfrente. Se escucharon unos murmullos, los cuales solo me indicaron una sola cosa…Inoo hacía acto de presencia junto a sus amigos. Sentí como poco a poco mis músculos se tensaban y la atención de mis amigos era dirigida a mi persona, como tratando de adivinar que es lo que pasaba por mi mente.
Podía sentir su penetrante mirada sobre mi espalda. Mi respiración se fue haciendo más y más irregular, al tiempo que mi corazón latía a un ritmo descontrolado y el sudor frío me recorría pausadamente.
–Dai-chan– Ryosuke me abrazó para hablarme al oído. –Si quieres podemos…
–Por favor, no me siento muy bien– Creo que el tono de voz que había salido de mí había sido más que suficiente para convencerlos, ya que, al subir mi mirada ambos asintieron.
Mientras ellos terminaban rápidamente de recoger sus cosas, yo instintivamente volteé para verificar si su intensa mirada seguía siendo dirigida hacia mí. Mi sorpresa fue grande al ver que no solo estaba mirándome fijamente, sino que también portaba el pañuelo que me había quitado en la enfermería entre sus manos y apegado a su rostro, como si aspirara el aroma que emanaba de él. Segundos después, sin despegar mi vista de él, note como cerraba los ojos mientras realmente inspiraba el aroma de mi pañuelo; mis mejillas inmediatamente se sintieron arder y mi corazón golpeo mi pecho de una manera descabellada.
–Dai-chan– La voz de Hikaru fue lo que me trajo a la realidad, haciéndome apartar la mirada del pelinegro.–Vamos.
–Si– Me levanté lentamente de mi sitio y fui caminando lentamente hasta la salida, acompañado de mis dos amigos. Nos dirigimos al salón de clases y me distrajeron de todo pensamiento hacia Inoo  a través de bromas y juegos que hacíamos entre nosotros.

En cuanto terminó la clase, Ryosuke dijo que tenía algo que hacer en el laboratorio y Hikaru aprovecharía para jugar videojuegos con su PSP en la azotea, puesto que teníamos horas libres antes de nuestra próxima clase. Yo opté por ir a la cafetería por algo de comer, con la presencia de Inoo, no había comido prácticamente nada en la hora del almuerzo.

Pov Ryosuke:

Realmente me sorprendió lo de Daiki, nunca hubiera esperado en la vida que Inoo-sama se fijara en un chico tan común como lo era mi amigo. Igual en parte siento que no me extraña del todo, Daiki es un chico muy lindo y es, por lo general, amable con todo el mundo. Solo espero que la celebridad del Instituto no lastime a mi amigo, sino se las vería conmigo. Bueno, no precisamente conmigo, pero enviaría a alguno que lo haga por mí.

Ingrese al laboratorio de ciencias con el fin de realizar un trabajo con mi compañero de banco, Chinen Yuri, él era muy listo y siempre, con frecuencia, hacíamos los trabajos juntos. Chinen, al igual que yo, provenía de una familia acomodada, aunque en mi caso mi familia era de un posición un tanto inferior a la suya. Me adentré al aula correspondiente con gran tranquilidad hasta que vi algo que me dejó de piedra, Chinen-kun estaba contra la pared siendo besado por un chico muy alto que en un principio no reconocí. Traté de irme pasando desapercibido, honestamente la situación era por demás vergonzosa, pero en un momento de torpeza me golpeé con un banco, ocasionando bastante ruido que con obviedad los advirtió de mi presencia en el lugar, separándose de tan íntimo contacto.

−¡Auch! Eso dolió− Exclamé acariciando mi muslo golpeado.
–¡Yamada-kun!...esto…esto no es lo que parece, Yuto y yo…–Levanté mi vista hacia ellos y Chinen se veía por demás preocupado y alterado por la situación. Después de un momento, el chico alto de cabello negro volteó a verme con una sonrisa burlona. Ese chico yo lo conocía, sí que lo conocía, no era más ni nada menos que uno de los mejores amigos de Inoo-sama, Nakajima Yuto, además era el hijo del jefe de mi padre, además de que muchas veces había salido en televisión por ser el próximo heredero.
–Yo, lo siento Chinen-kun…Nakajima-san. Debí haber avisado y yo…–En ese momento no sabía que hacer, estaba muy muy avergonzado, solo quería irme lo más rápido de ese lugar y evitarme otra vergüenza. Hice una venia y estaba dispuesto a irme cuando siento que Chinen-kun me toma del brazo y me mira con los ojos llorosos.
–Juro que esto no es lo que piensas, Yamada-kun. Yo estaba esperándote como acordamos y él…
–¿Estas insinuando que yo te tomé en contra de tu voluntad? Porque déjame decirte que parecías disfrutarlo. –Ambos nos sorprendimos al escuchar, por primera vez, la voz del alto.
–Yo, Yamada-kun– Puse una mano sobre su boca para evitar que continuara hablando.
–No es necesario que me des explicaciones– Armonicé mi expresión para transmitirle calma. – No voy a alejarme de ti porque te guste… –se deshizo de mi mano y la tomó mirándome serio.
–Ryosuke –Me sobresalté al escuchar por primera vez mi nombre de sus labios – En verdad el no me…
–Así que tu eres Yamada Ryosuke– Mi mirada pasó de la sorprendida, casi asustada, de Chinen a Nakajima, quien comenzó a acercarse hacia nosotros de manera elegante– Quién diría que serías algo tan lindo – Tomó el brazo por el que Yuri me tomaba y lo apartó de una manera no muy educada de mí. – Está de más decir que es un gran placer en conocerte –Tomó la mano que antes tomaba mi bajo compañero y depositó un beso en ella, haciendo que una corriente extraña invada cada poro de mi ser y que mis mejillas ardieran.
–Yo…– Salí de mi shock y aparté mi mano suavemente mirando a Chinen, quien lo veía enojado. –¿ Chinen?
–¡¿Por qué hiciste eso, Yuto?!.
–Simple –Me tomó por sorpresa cuando me atrajo hacia él por la cintura, tomo mi mentón suavemente y depositó un beso en la comisura de mis labios. Mis piernas se hicieron gelatina, aumentando mi ritmo cardíaco. –Me parece lo más lindo que he visto, además tu y yo sabemos que tengo absolutamente todo el derecho sobre él.− Noté como le sonrío perversamente, disfrutando de las expresiones de confusión, frustración y tristeza de Chinen.
–¡Eres de lo peor!... tu, tu sabes que a mi él…
–No es mi problema, tú sabes.
–¡Te odio! –Chinen abandonó la habitación echando humo y yo continué prácticamente pegado a Nakajima sin poder reaccionar, es como si mi cuerpo tuviera imanes que me mantuvieran apegado a su cuerpo.
–¿En qué estábamos?–Me sobresalté al notar que ahora estábamos solos y que su rostro estaba muy cerca del mío. Me aparté rápidamente tomando una distancia prudente e hice una venia.
–Lo siento mucho, en verdad no debí interrumpir.– Me sentía muy apenado por la situación en la cual los encontré. Me incorporé sintiendo cierta molestia en la pierna, reflejándola en mi rostro en una mueca, por el reciente golpe y me encontré con una mirada seria de su parte. A pesar de que teníamos la misma edad, estando en diferentes clases, me sentía como si fuera completamente inferior a él.
Además debía admitir que la forma en la cual traía su uniforme le daba un aspecto mucho más maduro y a su vez rebelde. Portaba su uniforme de manera desordenada, no portaba pullover lo cual daba a lucir su camisa a medio abrochar y arremangada mostrando una gran cantidad de pulseras que, según mi parecer eran de oro y de plata; su corbata sin ajustar que portaba alfileres y prendedores llamativos y su oreja portaba dos piercings. Seguramente por ser quien era que no lo reprendían.
En cuanto volví a mirar su rostro me sobresalté, él estaba mirándome fijamente, como si me analizara; a pesar de que su rostro se mantenía serio sus ojos reflejaban algo parecido al deseo.
−¿Nakajima-san?−Sus ojos se conectaron con los míos haciendo que mi corazón golpeara fuertemente mi pecho. Acercó su mano derecha hasta mi rostro en una suave caricia que me erizó por completo, descendió su caricia por mi pecho para después acariciar mi cintura finalizando en mi muslo, donde me había golpeado anteriormente, sacando un gemido de dolor de mis labios. Se acuclilló a la altura de mi muslo y le atribuyó un suave masaje que me sacó un gemido, ahora de placer, al ser una zona demasiado sensible de mi cuerpo al tiempo que cerraba mis ojos relajándome.
−Deberías ser más cuidadoso, esto seguramente dejará una marca morada para mañana.−Habló mientras me seguía suministrándome un satisfactorio masaje. Detuvo toda acción y antes de incorporarse, le dio un beso a mi muslo, beso que causó que los colores se subieran a mi rostro.
−Gracias, ya prácticamente dejó de molestarme –Le sonreí.
−Quien diría que resultarás ser tan bello, Ryosuke− Me sobresalté por la confianza que utilizó para nombrarme. Acercó su mano derecha a mi mejilla dándole una suave caricia−Siempre creí que me encontraría con algo repetitivo, pero no, resultaste ser toda una lindura. Estoy más que satisfecho con lo que veo, le diré a mi padre que si aceptaré.− No entendía a lo que se refería, la cercanía estaba apagando una a una mis neuronas evitando la correcta sinapsis.
−Será mejor que vuelva, pronto empezará mi próxima clase – Mentí, en realidad me sentía incómodo estando a solas con esa escasa distancia entre nosotros.
− Si vas a mentirme, al menos inventa una mentira más original, Ryosuke− Pegué un brinco en mi sitio no solo porque me había descubierto, sino que también porque me había vuelto a llamar por mi nombre y muy pocas personas, a parte de mis dos mejores amigos y  mi familia, me llamaban por mi nombre.  La mano que antes me acariciaba ahora me tomaba del mentón y se acercó rozando nuestros labios, por inercia cerré los ojos esperando lo inevitable, sentí su respiración demasiado cerca . En cuanto sus labios besaron los míos, para mi suerte o desgracia, la campana sonó desprendiéndome de su agarre, para luego salir corriendo lo más lejos de él.
Me sostuve de una pared calmando mi respiración con una mano en el pecho, tratando de procesar todo lo que había visto y sentido en los anteriores minutos. El solo pensar que Nakajima Yuto se viera mínimamente interesado en mi me hacía sentir un tanto feliz, no tenía muy buena autoestima en cuanto a mi aspecto, lo cual hacía que muchas veces me sintiera poco atractivo para las personas, sobre todo porque desde pequeño siempre me interesaron los chicos, para mi desdicha, Daiki fue uno de ellos; estuve sintiéndome atraído por él aproximadamente durante tres años, amorío que superé cuando me di cuenta que él solo me vería como uno de sus mejores amigos. Ahora, Nakajima, acababa de darle un giro a mi vida monótona, giro del cual no estaba seguro si era bueno o malo, el alto, al igual que Inoo Kei , era conocido por tener muchos deslices solo por diversión y no estaba dispuesto a dejarme utilizar por un niño mimado al cual le daba igual si eras chica o chico con tal de tener un momento de placer divertido sin tomar en cuenta los sentimientos del otro. La sola idea me repugnaba.

Caminé por los largos pasillos del instituto hasta que me crucé con Chinen, el cual tenía la mirada perdida en un punto inespecífico, puesto que a pesar de la cercanía no me prestó atención. Iba a pasar de largo cuando lo tomé del brazo para que me mirara al rostro.
−Chinen… ¿estás bien?.
−¿Yamada?− De un momento a otro me tomo de las mejillas y me acerco a su rostro, mientras me analizaba cuidadosamente− ¿Te hizo algo el idiota de Yuto? –Al pronunciar su nombre una sensación extraña me invadió, como si millones de mariposas volaran en mi vientre, mientras mi corazón parecía tener vida propia.
−N-No, no me hizo daño.−Lo vi suspirar aliviado y mirarme seriamente.
−Yamada… no, Ryosuke. Hay algo muy importante que debo decirte− Su mirada me advirtió de que lo que me diría no me gustaría. –En realidad son dos cosas−Se sonrojó y las manos que aún tenía en mi rostro se deslizaron en una caricia hasta mi cintura causándome un extraño escalofrío. Todo indicaba que las dos cosas que me diría no me gustarían.
−D-dime…¿pasó algo malo?. No me asustes, por favor.
−Dependerá de cómo lo tomes el que sea algo bueno o algo malo.−Mi corazón latía nervioso en mi pecho− Te lo diré pero no aquí. ¿Crees que puedas venir a mi casa?− Me tomó por sorpresa, no sabía si sería buena idea. –Tranquilo, sabes que no muerdo. –Me ruboricé y asentí despacio a su pregunta. −¡¿Enserio?!− Sus ojos brillaron y los brazos que rodeaban mi cintura me atrajeron hacia él en un abrazo que me quitó el aire.− Te esperaré a la salida de las clases, en la entrada. –Volvió a abrazarme antes de irse a quien sabe dónde, miré mi reloj de pulsera y al percatarme de que faltaba poco para mi próxima clase, me dispuse a encaminarme a mi salón de clases.

Las clases fueron más entretenidas de lo que esperaba, tanto que cuando menos lo esperé la campana de fin de clases resonó en todo el edificio. Ahora que lo recordaba había quedado con Chinen, mi corazón latió nervioso en mi pecho. ¿Qué será lo tan importante que tiene para decirme?
Caminé  a paso ligero hasta la salida donde un sonriente Chinen me esperaba junto a su lujoso auto. De la puerta del piloto salió un hombre mayor que nos abrió la puerta trasera. Nos adentramos y en todo el camino a su casa, mejor dicho mansión, hablamos de trivialidades y nuestro proyecto de ciencias que no iniciamos gracias a la inoportuna visión que tuve que presenciar.
En cuanto llegamos a su “humilde hogar” como mi bajo compañero lo llamaba, nos dirigimos a su amplia habitación, donde una deliciosa merienda a base de té y panecillos dulces, nos esperaba. Nos acomodamos en su espaciosa cama y comimos tranquilamente entre bromas hasta que su cara se puso seria.

−Ryosuke, creo que es tiempo de que te diga…
−¡Ah! Sí. Dime…¿Qué es tan importante? – Mi mirada fue directo a sus ojos mostrándole que tenía toda mi atención.
−Pues verás…yo…− Bajó su mirada− Tu…−Tomé su mano suavemente y él subió su mirada sorprendido por mi acción.
−Sea lo que me digas, mi opinión sobre ti no cambiará. No temas a decirme lo que pasa, estoy aquí para escucharte. –Le sonreí siendo correspondido.
−Gracias, Ryosuke. Es por esto y todo lo que tú eres y haces que yo… Me gustas…− Terminó con una mirada determinante. Luego de unos segundos que procesé lo que me había dicho me sorprendí. ¿Le gustaba a Chinen Yuri?... Es decir ¿Yo?...osea ¿Yo?. Esto tenía que ser un mal sueño, una pesadilla. Yo no podía gustarle a él…porque él a mi no…
−Chinen-kun…tengo que admitir que esto si no lo esperaba, mucho menos de ti.
− Sé que fue algo repentino pero, si me dieras una oportunidad…por más mínima que sea. Yo…prometo que no te arrepentirás.
−Chinen, yo…lo siento –Hice una venia desde mi lugar− No soy lo suficiente bueno como para merecer tus sentimientos…yo, siento no poder corresponderte… me siento muy apenado…
− Aww ¿No es acaso tierno?−Ambos volteamos a ver hacia la puerta donde un Nakajima Yuto nos observaba recargado sobre la misma, con una sonrisa burlona en sus labios. – Lo siento mucho primito, pero parece ser que fuiste rechazado –Rió.
−¿Pr…Primo?...¡¿Ustedes son primos?!− No cabía de tanto asombro.
−Así es, amor –Mi corazón dio un vuelco por la forma en la cual me había llamado.
−Per….pero ustedes…en el laboratorio
−Lo que viste en el laboratorio no fue más que un accidente –Dijo Chinen de manera molesta – Yuto supo que yo te esperaba, sin saber que eras tú precisamente, así que me besó para jugarle una broma a mi compañero de proyecto.
−¿Sin saber que era yo?... No entiendo.
−Yo… −Chinen se veía por demás alterado.
−Lo que el enanito está tratando de decir que es que tu eres mi prometido, primor –Rió nuevamente mientras se acercaba a nosotros.
−¡No tenías por qué decírselo de esa manera Yuto!. – Chinen se levantó de su lugar, desafiándolo.
−Pro… ¡¿Prome… qué?! Esto no es posible… ¿Es una broma verdad?... ¿Chinen? –Lo miré tratando de encontrar algún mínimo indicio de que todo esto no era más que una broma pesada, sin embargo sus ojos demostraban que lo que había dicho Nakajima era verdad.
−Lo siento Yama-chan… es verdad lo que Yuto dice… creo que está de más decir que tus padres tienen negocios con los suyos.
− Pero…¿Por qué llegar al punto de comprometerme con alguien de mi mismo sexo? –Esa pregunta fue más para mi mismo que para ellos. Escuché la risa de satisfacción de Nakajima, quien se sentó a mi lado izquierdo besándome la mejilla.
−¿A caso me vas a negar que a ti te gustan los chicos y qué prefieres a las mujeres?− Pasó su brazo derecho por mi cuerpo hasta colocar su mano sobre mi cabeza, del lado derecho entrelazando sus largos dedos con el cabello de mi frente, atrayéndome hacia él  hasta acercar mi oído  sus labios. − ¿Me vas a negar que yo te atraigo como tú me atraes? – Eso me tomó por sorpresa. ¿Nakajima se sentía atraído por mí? De cierta forma una agradable calidez invadió mi pecho. El que yo le pareciera atractivo a alguien como él, le sumaba unos mínimos puntos a mi baja autoestima.
−¡Aléjate de él, Yuto! …Yamada es mi invitado, que tú te estés de visita no te da el derecho a estar aquí. –Intenté separarme pero solo conseguí que me atrajera más hacia él, hasta el punto en que sus labios rozaban mi mejilla izquierda, mientras mantenía su agarre en mi cabeza y su otro brazo rodeaba mi cintura.
−¿Me estás negando el derecho a estar con mi prometido?... ¿Me pregunto qué dirían tus padres si supieran que te le confesaste al prometido de tu propio primo? –Ironizó de una manera muy cruel. Con cada palabra sus labios y su cálido aliento acariciaban mi mejilla, propinándole una deliciosa sensación que me hizo liberar un suspiro involuntario. −¿Ves? Él también quiere estar a mi lado – Besó mi mejilla. Desperté lentamente de mi trance para levantar mis brazos, aun manteniendo la cálida posición con el alto pelinegro, para llamar la atención de ambos.
−Yo…en realidad… no se qué pensar. No sabía nada de esto y yo… debería hablarlo con mis padres. –Traté de sonar convincente obteniendo una pequeña risa de Nakajima, que erizó mi piel.
−No tengo ni la menor duda, eres demasiado lindo. –Me sonrojé haciéndolo sonreír y haciendo que Chinen saliera molesto de la habitación.
−¡Espera…!− Iba a incorporarme pero los fuertes brazos de mi “prometido” me mantuvieron en mi lugar.
−No es necesario que vayas detrás de él. El sabía sobre nuestro compromiso desde hace ya mucho tiempo, es algo que tiene que superar. –Aunque no me gustó la manera en que lo dijo, tenía razón. Si yo estaba destinado a contraer matrimonio con Nakajima Yuto, él tendría que superar el amor no correspondido que me profesaba.
−Estoy muy confundido –Suspiré− Demasiadas emociones para un solo día… no puedo creer que mis padres me lo hayan ocultado –Mi prometido se dedicaba a acariciarme el cabello y a rozar sus labios con mi mejilla.
−Lo que ocurre es que el compromiso dependía completamente de mí, bonito −¡¿Qué quiso decir con…?! –Quiero decir que mi padre me había dicho sobre esto hace mucho, pero como no te conocía no estaba seguro de aceptar. Ahora que veo lo lindo que eres –Besó la comisura de mis labios− No dudé en aceptar, llamé a mi padre en cuanto saliste corriendo del laboratorio –Rió. –Después de todo, de este matrimonio depende de que tu familia se quede o no en banca rota ¿Sabes?... supongo, por tu expresión, que desconocías la situación financiera de tus padres. – Volvió a besarme la comisura. Yo estaba como petrificado, no sabía que pensar, como reaccionar, como dirigirme a mis madres después de ocultarme algo así.
Sentí como la calidez poco a poco me abandonaba junto con la cercanía de Yuto, a causa de que él se había incorporado, para después sentir como su mano tiraba de la mía hasta guiarme por la casa hasta lo que noté era un auto aún más lujoso que en el cual había llegado hasta la mansión Chinen. Nos adentramos al mismo y escuché como mi ahora prometido le daba las indicaciones al conductor para llegar a mi casa. En el camino no dije nada, solo miraba a la nada mientras era rodeado por los brazos de Yuto y me limitaba a sentir sus pequeños besos en mis mejillas y uno que otro en la comisura de mis labios. En cuanto llegamos a mi casa, fuimos recibidos por mi hermana, que al ver a Yuto se sorprendió, pero después le sonrió. Ahora me esperaba una larga charla con mi familia….

Fin Pov Ryosuke.

Pasaron varios días en los cuales me dedicaba a ignorar y evitar a Inoo Kei, no porque me acosara o le temiera, sino porque cada día me sentía más y más confundido. Cada vez que cruzábamos miradas, algo en mi interior se movía a gran velocidad, como miles de mariposas en una maratón. A pesar de que lo esquivaba, una parte de mi quería cruzármelo “accidentalmente” y volver a la rutina del acosador y el acosado.
Varias noches fueron en  las cuales no pude conciliar bien el sueño, siempre pensando en él, en como sería si no fueran roces a la fuerza, si en vez de eso el me hablara como una persona normal. Creo que si eso algún día pasara, no dudaría ni un segundo en… ¡¿Qué estaba a punto de decir?!, creo que me estoy volviendo loco.

Pasaron varias semanas evitando  a Inoo hasta que me llegó a dar una cierta abstinencia a su cercanía, a sus caricias y sobre todo a sus besos, algo que me estaba volviendo loco, este en definitiva no era yo.
A la hora de la salida, me despedí de un enérgico Hikaru y un nervioso Ryosuke –Ya mañana le preguntaría que le ocurrió- y opté por quedarme en la biblioteca a terminar un trabajo, simplemente me era complicado, las matemáticas nunca habían sido mi fuerte. Me acomodé en una mesa apartada, cercana a la sección de libros de matemáticas. Tan empeñado estaba en ese maldito ejercicio que no noté cuando un torso de apego a mi espalda y dos brazos eran apoyados sobre el escritorio. El aroma que emanaba ese cuerpo solo podía ser de una sola persona.  ¡Ayuda!– Juraría que mi corazón se detuvo por unos segundos.
–Yo…etto…ya me iba–¿Por qué ahora?... Dios, realmente me odias, lo sé.
–El ejercicio debe darte negativo, el desarrollo está bien hecho….solo te has equivocado en esto ¿ves?– Me llevé una gran sorpresa al ver que había tomado mi lápiz y me marcaba los errores que había cometido. Observé bien las correcciones y me dediqué a rehacer lo que estaba erróneo, sin tomar en cuenta que ahora se había sentado a mi lado hasta que sentí una suave caricia en mi mejilla. Yo continué haciendo el ejercicio ignorando su toque.
–¿Es correcto? –Me animé a preguntarle, una vez hube finalizado. Desde su posición lo observó atentamente.
–Si, está perfecto. –Suspiré aliviado y continué con el siguiente. No sé cómo es que podía hacer los ejercicios, siendo que él me observaba a todo momento, supongo que solo me concentré en terminar el trabajo a tiempo, sino reprobaría. De un momento a otro se levantó de su asiento desapareciendo por unos instantes, para después aparecer con un libro que parecía ser de arquitectura en la mano. A medida que iba haciendo un ejercicio o no entendía algo de los mismos, tomaba valor para preguntarle a mi acompañante el cual me contestaba sin dudar, se ve que tenía bastante facilidad para los cálculos. En cuanto terminé solté un gran suspiro y me estiré en la silla, Inoo se había dedicado a leer su libro a mi lado mientras tanto.
–Por fin, ahora podré dormir tranquilo– Me incorporé de mi asiento y guardé todas mis cosas. Cuando estaba por agradecerle sentí como me abrazó por detrás, uno de sus brazos rodeó mi cintura y el otro mi cuello, y me dió un beso húmedo en la conexión del hombro y cuello.
–Me has estado evitando todo este tiempo… ¿Sabes lo solo que me he sentido?− Mordió la zona que antes besaba, obteniendo un gemido de mi parte. Intenté apartarlo, pero cuando ejercía fuerza con mis brazos para separar los suyos de mi cuerpo, el repetía la acción de morderme provocando una disminución en mi fuerza. −Dai, creo que me he hecho adicto a tu aroma…y a tu sabor–Un jadeo se me salió involuntariamente.− ¿Extrañaste tenerme de esta forma a tu lado, gatito?− Introdujo la mano que rodeaba mi cintura por debajo de mi uniforme, acariciando mi plano abdomen generando escalofríos en toda mi anatomía y erizándome la piel. –Pareciera ser que sí. Yo si te extrañé, no sabes cuánto.
–Inoo, estamos en la biblioteca.− Fue lo primero que se me pasó por la mente para evitar esa situación.
–¿Estás insinuando que si te llevo a otro lugar más íntimo me dejaras hacerte lo que quiera?– Su voz sonaba sensual, pero a la vez divertida por la situación.
–Yo…no…no me mal interpretes.–Me volteó y el brazo que rodeaba mi cuello me atrajo hacia él en un beso apasionado, que de extraño modo me supo muy dulce, tan dulce que no pude evitar corresponderle colocando mis manos en su rostro, acariciando sus mejillas con mis dedos pulgares. Al ver mi aprobación sus dos brazos rodearon mi cintura, adentrándose debajo de mi ropa, acariciando suavemente mi torso, y mis manos se deslizaron hasta posar mis dos brazos alrededor de su cuello, atrayéndolo aún más a mí. Nuestros labios comenzaron una danza lenta, dulce, sin apuros; acoplándose a la perfección como dos piezas de rompecabezas, como si mis labios hubieran sido creados para ser suyos. Su lengua delineó mis labios pidiendo permiso para profundizar el beso, sin dudarlo accedí. De alguna forma me estaba empezando a gustar la extraña forma que tenia de acosarme.
Su lengua se adentro lentamente en mi boca recorriendo toda la húmeda cavidad, el sabor de Inoo me gustaba, sabía a menta, juraría que comía de esos dulces mentolados a menudo generándome una adicción. Su músculo rodeo al mío incitándolo a comenzar una batalla por el dominio, batalla que mi pelinegro terminó ganando. Creo que ya no sabía bien lo que hacía, dónde o con quién me encontraba, puesto que cuando se separó uno centímetros de mí, mi brazo derecho dejó inmediatamente su cuello para tomarlo de la corbata y atraerlo hacia mí, en un nuevo beso mucho más apasionado que el anterior, obteniendo una sonrisa complacida de su parte en medio del mismo.
Sus besos descendieron desde mis labios por mi mentón, hasta mi cuello, donde se tomó su tiempo para brindarle besos profundos y una mordida que a parte de sacarme un gemido, me trajo a la realidad. Mi brazo izquierdo dejó de rodear su cuello para tratar de apartarlo de mí.
−Espera,  Inoo-senpai− Mi voz sonaba agitada –Cualquiera puede venir y ¡aghrr! –Había mordido nuevamente la conexión de mi hombro y mi cuello. De un momento a otro se separó de mi encendido cuerpo para tomar mi mano con una de las suyas y mi mochila con mis cosas en la otra arrastrándome fuera de la biblioteca. Con la poca cordura que me quedaba le seguí el paso hasta lo que parecía un clóset  de limpieza, en el cual me metió para luego ingresar  y cerrar la puerta a sus espaldas mirándome fijamente, como un depredador a su presa.
−Hoy no te me escapas, Daiki. Ya son varias veces que dejas con las ganas y no quiero una tercera. – Su voz sonaba agitada, como si se estuviera conteniendo.
Él comenzó a avanzar hacia mí lentamente, al tiempo que yo retrocedía, hasta que para mi desgracia me topé con la pared de la pequeña habitación. A pesar de que quería huír, mi cuerpo me traicionaba y a medida que mi pelinegro se acercaba, mi cuerpo se encendía aún más, como si deseara ser completamente sometido por Inoo. Éste colocó ambas manos sobre la pared, demostrando lo acorralado que me encontraba, y,  aún con la escasa iluminación, podía detectar su mirada deseosa y su sonrisa cargada de arrogancia. Su cabeza descendió hasta colocarse sobre mi hombro y liberar mi aliento sobre mi expuesto cuello, estremeciéndome.
−Inoo, no hay por qué acelerar las cosas, estamos en la escuela ¿neh?− Traté de excusarme, aunque sabía mejor que nadie que en fondo quería que la distancia con Inoo sea reducida a cero, ¡demonios que lo deseaba!. Lo deseaba a tal punto de que me desconocía a mi mismo, siempre fui un chico que creyó ciegamente en el amor, motivo por el cual siempre me dije que estaría con la persona que amara. Este chico busca pleitos estaba corrompiendo mis ideales con tan solo una caricia, ¿tan bajo he caído? ¿Tan fácil me sometió?... acaso…¿Acaso si otro hubiera hecho lo que Inoo Kei hizo y estaba haciendo, hacía, reaccionaría de la misma manera?. Todas las interrogantes hicieron que una a una las lágrimas fluyeran por mi rostro, liberando la angustia que contenía mi ser. No quería ser así, no quería terminar como todos esos arrastrados que seguían a Inoo Kei día y noche como si fuera una celebridad. No quería ser un necesitado de atención como lo eran todos los de mi instituto, pero por sobre todas las cosas, no quería ser uno más en la lista de conquistas y deslices de mi acompañante. Un hipido se escapó de mis labios alertándolo de mi situación actual.
Se separó de mi cuello para mirarme con algo que nunca creí ver en su rostro, preocupación y tristeza.
−¿Qué ocurre, Daiki?− Las manos que antes mantenía apoyadas en la pared, ahora estaban sobre mi rostro limpiando mis lágrimas que ahora fluían con más libertad. Ahora todo está más que claro, me había enamorado de Inoo Kei, ya no quería ser simplemente un desliz, quería ser algo mucho más importante…a decir verdad quería ser lo más importante en la vida de Inoo Kei. Quería ocupar sus pensamientos, como el ocupaba los míos día a día. Quería ser aquél que le saque una sonrisa en cualquier momento, aquél por el que sus ojos brillen, quería ser amado por él.
¿Pero cómo lograrlo cuando él solo me veía como una diversión momentánea? Un deseo que después de ser saciado, dejaría de lado como si nunca hubiera sido parte de él.
−No quiero esto… ya no más. No quiero terminar como todos aquellos−Hipé− No quiero ser solo un desliz… espero y quiero algo mejor para mi vida. Yo…− No pude continuar puesto que unos labios se habían entrelazado a los míos con una pasión que nunca había sentido, siquiera cuando nos besamos en la biblioteca. Era un beso sumamente delicioso, tanto que logró nublarme los sentidos y me incitó a corresponderlo. Lo correspondí con  una pasión desconocida para mí, solo quería fundirme en esos labios. Esos labios que me quitaban el aliento, esos con los cuales soñaba todas las noches. Se separó lentamente de mí entremezclando nuestras agitadas respiraciones.
−¿En verdad crees que eres un simple desliz?− Me miró seriamente a los ojos, al mismo tiempo se ocupo de limpiar los restos de lágrimas que aún quedaban en mis rasgados ojos. –Que idea tan errada tienes de mi, Daiki. De ser solo un desliz te hubiera tomado hace ya mucho tiempo, sin importarme utilizar la fuerza para lograrlo− Rió ante su confesión. –Si hago todo lo que hago, es porque me interesas.
No podía creerlo, no quería hacerme ilusiones pero por lo que entendí, yo le gustaba  Inoo. Una sensación cálida rodeó mi pecho y las mariposas volaron en mi vientre, al tiempo que mis mejillas aumentaban su temperatura.
−Yo…no se que decir.
−Solo contéstame a la siguiente pregunta− Tomó mi mentón haciendo que nuestras miradas se cruzaran− ¿Quieres tener una relación seria conmigo?...quiero decir ¿Saldrías conmigo?. – Mi corazón latía como loco al tiempo que contenía la respiración. Estaba confuso, pero algo si tenía en claro, lo quería…lo amaba y sería un verdadero idiota, como dirían mis amigos, si no aceptara.
−Si, si quie…−A penas pude responder antes de que sus labios devoraran los míos sin compasión.
−Ahora elimina toda idea de deshacerte de mi, porque a partir de este mismo instante eres propiedad exclusiva de Inoo Kei…

Continuará.

Ufff, sin dudas me costó escribir este capítulo. Muchas emociones juntas neh?. Sobre todo con el YamaJima de por medio jeje.
Denme tiempo para actualizar este fic, tengo peticiones de fics con las cuales cumplir :)
Espero les haya gustado y espero sus lindos comentarios n.n.

lunes, 16 de julio de 2012

Pedidos de Fanfics

Bueno, tal y como indica el título, como estoy de muy muy buen humor, voy a aceptar peticiones de fics. ¿Qué es esto?
Pues verán mis queridas seguidoras n.n si ustedes quieren puedo escribir un fic que ustedes quieran, para ello van a tener que hacer un comentario en esta publicación con los siguientes datos:

Grupo musical: (Aclaro que no tiene que ser, necesariamente, de Hey! Say! JUMP o de Jpop, puede ser de Super junior (kpop) u otro grupo o artistas que quieran)
Pareja: (Yamajima, InooDai, Yamachii, TakaYama, TakaJima, Takachii, AriYama, etc)

Tipo: Yaoi/Yuri
Género: Romance, lemon, angst, Fluff, Hurt/comfort, songfic (aclaren la cancion y el artista de cual proviene), violencia, Universo alterno (puede ser de vampiros y esas cosas (?)).
Clasificación: OTP, +17, +13, apto para todo publico, OOC, 
Extensión: Oneshot, Twoshot, Seriado (la extensión dependerá de lo que salga de mi cabecita pelirroja (?)) y Drabble.
Descripción: coloquen básicamente de que quieren que trate su historia n.n.
En caso de ser en una escuela y que los protagonistas estudiantes, aclaren a que curso asiste cada uno n.n

oootra cosilla más: aclaren, porfis, quien es el uke y quien el seme...hay algunas cosas que desconozco (?) hahahaha esperaré sus comentarios >.<


Premio n___n


Bueno antes que nada quiero agradecerles a todas mis lectoras *mueve su mano como la reina* y espero que de a poco mi blog se vaya haciendo mas conocido n.n. Espero poder conocer más gentecita linda que ame los JUMPs como yo lo hago n.n y que disfrute de las historias que creo de ellos :)



Reglas
Contesta las Preguntas y Luego Otorga esto a los Blog que creas que son Lindos


Preguntas :
1.- ¿Que te gustaría hacer mas adelante?: Cumplir mis metas.
2.- ¿Hay algo que deberías hacer ahora pero no lo estas haciendo?:Estar en la Universidad.
3.- ¿Cual es Tu Color Favorito?: Rojo n.n
4.- ¿Que música te gusta?: Kpop, Jpop, Visual Kei, rock, etc etc
5.- ¿Cual es tu animal favorito? : El león *-*
6.- ¿Cual es tu Estilo? : bastante invisible? (?)
7.- ¿Como estas Vestida/o Ahora? : jeans, buzito rojito y zapatillas
8.- ¿Te Gusta Bailar?: Si , aunque tablón (De Ed, Edd y Eddy) es mejor x.x
9.- ¿Te Gusta Cantar?: Me encanta xD
10.- ¿Que canción Escuchas ahora?: Magic power de Hey! Say! JUMP 
11.- ¿Crees que tu Blog es Lindo?: No xDDD Aunque voy a hacer todo lo posible por mejorarlo...cuando aprenda a usarlo xDDD

mmmm le sedo el premio a:
 Atzin & ammis
jumping to my fic
Satommy
Yuumhi
Mabelucome
Hitomy-chan
Natsumi-chan
yaoisaotaku

domingo, 15 de julio de 2012

My sexy playboy


Título del fanfic: My sexy playboy
Pareja:  InooDai- YamaJima
Tipo: Yaoi
Género: Romance- lemon
Clasificación: +17.
Extensión: veremos (?)
Advertencias: Sexo explicito.
Descripción: La historia está desarrollada en torno a Arioka Daiki,  un adolescente normal de 17 años, con calificaciones promedio en un Instituto normal, una familia amorosa y buenos amigos. En su último año, su vida da un giro de 180° cuando un estudiante de último año,  Inoo Kei,  considerado un total busca pleitos y Casanova en todos los institutos de Seúl, es transferido al suyo.
Comentario de la Autora: Este fic esta dedicado a mi hermanita hermosa, Yuumhi, por su cumpleaños. Espero te guste tu regalo TRASADO hermosa n_____n.
Ya se que hace mucho que no escribo, pero prometo ponerme al corriente D:
Nota : Leeré TODOS y CADA UNO de los comentarios, si tienen ideas o quieren aportar como les gustaría que continúe escribiendo los fics, las tomaré en cuenta para mis próximos proyectos. Me gusta escribir fics por y para lectoras que, como yo, aman las parejas de Hey! Say! JUMP  n.n.



Estaba en el más lindo sueño comiendo uvas cuando un molesto ruido me hizo volver a la realidad, maldito despertador.
–mmm, 5 minutos más- Intenté volver a acurrucarme entre las frazadas.
–  ¡Daiki, es hora de levantarte,  llegarás tarde al instituto en tu primer día!– La voz de mi madre solo hizo que mi cuerpo tuviera aún menos voluntad para abandonar la cama que, extrañamente, cuando era hora de levantarme se volvía más reconfortable. – ¡Baja a desayunar!
–  ¡En unos minutos estaré listo! – Con gran fuerza de voluntad me despegué de mi lecho, tome el uniforme que había preparado el día anterior, que constaba de una camisa blanca, un pullover azul, corbata azul, pantalón negro y zapatos negros, y me dirigí al baño que tenía en mi habitación. Media hora después estaba totalmente listo, bajé a desayunar.  Besé la mejilla izquierda de mi madre, despeiné el cabello de mi hermano mayor y le di los buenos días a mi padre que leía el periódico.
–Cada día te tardas más y más en arreglarte, vas al instituto no a una cita…quiero creer– Opinó mi hermano al tiempo que acomodaba el desorden que causé en su cabello. Siempre tenía algo que acotar…pero lo quería tanto que solo atine a sonreírle.
–¡Respeta a tus menores!- Era algo tonto, incluso traté de sonar firme, pero solo obtuve una sonrisa burlona de su parte.
– Hai ~… ¡solo recuerda presentarme a mi cuñada! –Escuche a mis padres reír y me puse más rojo que un tomate. Lo cierto es que a mi me gustaba una chica, no era de mi instituto, puesto que iba a un instituto que solo era de chicos, aunque aún no sabía si mi amor era correspondido.

Salí apresurado, como siempre, tomé el autobús en el cual viajaba esa chica que tanto me gustaba, Yui. En cuanto notó mi mirada me sonrió y se acerco a saludarme como siempre, hablamos de cosas triviales hasta que tuvo que bajarse.
Al estar cerca de la entrada principal de mi instituto, noté como un costoso auto negro con vidrios polarizados pasaba a mi lado deteniéndose en ésta. De él bajó el chico más sexy que haya visto alguna vez en mis 17 años de vida. Su cabello era de un bello color negro desordenado y, por lo que mis ojos captaban, era alto y estaba dotado de un buen cuerpo. Su uniforme lo llevaba de manera desordenada, sin quitarle lo sensual, con una cadena colgada en su cadera derecha y unas cuantas en el cuello con una cruz, notándose por su camisa a medio abrochar; dándole ese toque provocador que esparció un calor por todo mi cuerpo.
Dejé de observarlo por temor a que se dé cuenta y porque quería dejar de babear por un chico que siquiera conocía.
–DAAAAAAAAAAAAAAIIIIII– Volteé justo a tiempo para recibir el efusivo abrazo de uno de mis mejores amigos, Hikaru– Nos vimos ayer, pero extrañaba verte con uniforme– Me atrajo hacia él acariciándome el cabello como si de un perrito tratara. – Awww, me pregunto que nos deparará este año…es el último después de todo. ¿Será que por fin perderás tu sagrada virginidad?- Ante esto último mi rostro se puso como un semáforo, cubrí la boca de mi amigoy miré a todos lados con temor de que alguien lo hubiera escuchado. Le dediqué una mirada retadora a lo cual él salió corriendo al interior del instituto incitándome a perseguirlo hasta mi, ahora, salón de clases. Saludé a algunos de mis compañeros, algunos nuevos, otros ya los había tenido en años anteriores.
Tomé asiento junto a Hikaru y nos quedamos hablando sobre nuestras aburridas vacaciones.
–¡ Chicos! – volteamos a ver a mi otro mejor amigo,  Ryosuke– Primero que nada, buenos días…segundo, ¿se enteraron?
–¿Qué cosa?– Pregunto mi amigo, el rey de los chismosos.  Pude percatarme que no solo él, sino que varios en el curso prestaron atención a lo que Yama-chan, como le decíamos Hika y Yo, decía.
– Inoo Kei, el mismísimo que todos conocemos, se trasladó a nuestro instituto este año…lo vi en la sala de profesores– Su voz tembló un poco. De la nada los murmullos invadieron el salón y yo no entendía el por qué.
– Yama-chan…¿Quién es ese tal….?
–¡¿ No conoces a Inoo Kei?! – Toda la clase quedo en silencio mirándome sorprendida. - ¿Es que acaso vives en un frasco de Yogurt?
–Lamento mi ignorancia- Si algo se me daba bien, era el sarcasmo.
–Veras mi querido gatito…Inoo Kei es uno de los chicos más problemáticos entre los institutos de Seúl, su fama se debe a su, déjame decirte físico; a su personalidad problemática y al tipo de familia del cual procede.
– Pero, si es tan problemático… ¿Por qué no lo expulsan y ya?
–Elemental mi querido Arioka…su familia tiene una gran posición económica, lo cual le permite estar en el instituto que quiera, el tiempo que quiera y hacer lo que se le venga en gana. De todos modos por el tipo de familia de la cual proviene, tiene un excelentísimo nivel académico, así que, aún sin hacer nada, sus calificaciones son las mejores de todos los institutos en los que ha estado.– Ryosuke sabía, y mucho. Analicé la información y me di cuenta que en cierta forma tenía sentido…no era más que un niño caprichoso que iba a divertirse a la escuela, no a estudiar como muchos.
–También es muy conocido como todo un casanova–Agregó – Con chicas y chicos, así que ten cuidado Dai – No aguanto la risa y Hikaru le hizo coro.
–¿Por qué lo dices?– Inflé las mejillas de manera tierna mostrando una cara de enfado.
–Solo mírate– Yamada me tomó por las mejillas, tirando de ellas. – Eres lo más lindo que hay– Me abrazó hasta quitarme el aire.–Con ese rostro cualquiera se conformaría...–Los miré mal y me senté con los brazos cruzados mirando al frente, aún sintiendo las risas de fondo de más de uno de mis compañeros de curso.
Entró el profesor, haciendo que todos volvamos a nuestros respectivos lugares. 

Al término de la clase fuimos a la cafetería, moría de hambre. Nos enfrentamos a un gran tumulto de gente que supuestamente esperaba al chico problema. Nos acomodamos en una mesa apartada y conversábamos de trivialidades mientras reíamos por las ocurrencias de Hikaru. De la nada escuchamos un escándalo formado por los demás estudiantes, en la puerta se podían apreciar tres estudiantes…¡ahí estaba el sexy chico que había visto en la entrada!...oh-oh.¡ No, no, no, no, noo!... él no puede ser…
–Mira, el que está en el medio es Kei-sama…esta en último año.– Los tres caminaban entre los estudiantes con sus bandejas, a medida que estos caminaban, los estudiantes se apartaban con respeto, nerviosismo o admiración. –Al parecer no solo él, sino que sus dos mejores amigos se transfirieron… esto solo significa que él está por algo importante.
–¿Importante?– Esto de no saber nada me estaba molestando.
–Sí, con Yama-chan sabemos que siempre que los tres se transfieren a un instituto es porque buscan algo importante. El del cabello rubio que está a su derecha es Takaki Yuya,  Su madre es actriz y su padre un famoso empresario, está en nuestro mismo año pero en la otra sección.  Igual que el cabello negro, que está a su izquierda, es Nakajima Yuto, conocido porque su familia posee una gran cantidad de hoteles, es un tanto sádico según escuché…ten cuidado- Hikaru me relataba con lujo de detalle ante mi atenta mirada.
El trío de playboys se paró frente a una mesa que tenía a estudiantes de primer año, no muy lejos de la nuestra. Toda la cafetería quedó en silencio.
–¿Es necesario que diga que se muevan?– Su hermosa voz, acompañada por esa sonrisa de lado, me quitó el aliento. Los pobres chicos salieron corriendo sin pensarlo dos veces, extrañamente sonrojados, dejándole el paso libre al trío. El lugar volvió a la normalidad no obstante, no podía quitar la vista del perfecto rostro del chico problema.  Escuchaba de fondo la conversación que mis dos amigos compartían, pero toda mi atención estaba centrada en Inoo, el cual hablaba de quien sabe que con sus amigos.
Mi mirada había sido demasiado persistente, tanto que sus ojos se posaron en mí. Sus ojos eran de un marrón oscuro, que solo agregaban sensualidad a su perfecta imagen y reflejaban diversión, me regaló una sonrisa de lado. Bajé mi rostro sonrojado, por un momento, y volví a mirarlo; él seguía con esa sonrisa que, luego de mi reacción, fue en aumento. Volteé la mirada hacia mis amigos que hablaban de algo de lo cual no tenía idea sin embargo, sentía aún su mirada sobre mí.
–Tenemos que elegir a uno de nosotros que se haga cargo– ¿eh?...¿De qué me perdí?– Dai-chan, hazlo tú…te conoces el reglamento a la perfección y muchos aquí te respetan.
–¿De qué hablan?
–¿En qué estás pensando últimamente que andas en la luna?
–Lo siento– Bajé la mirada avergonzado.
– Hablo de que todos los años eligen a un estudiante de segundo que vigile la sala de castigos, algo así como un asistente del profesor a cargo…¿qué dices?.
–No creo que sea buena idea… puede que…
–Puede que eso te ayude a adquirir tu tan esperada beca universitaria, Dai-chii– Me interrumpieron con esto, terminando por convencerme.

Al término de las clases, como mi rol me lo indicaba, me quedé para vigilar la tan dichosa sala de castigos. Esperaba, desde el fondo de mi corazón, que nadie estuviese.  Al  ingresar saludé al profesor, que me dio las indicaciones de cómo tenía que manejar la situación; sólo tenía que mantener la sala en silencio y dictar unos ejercicios de matemática para entretener al, o a los estudiantes, que estuvieran en penitencia. No parecía una tarea difícil, acepté el encargo y me dirigí a mi puesto. Volteé para saludar encontrándome con la fija mirada de Inoo Kei. Dios, dime que esto es un error, por favor.

–Buenas tardes, mi nombre es Arioka Daiki y soy el estudiante de segundo año que estará a cargo de esta sección por este año.–Le regalé una de mis mejores sonrisas a pesar de los nervios que me invadían. Sabía de sobra que él era un chico problemático, tendría sumo cuidado. – ¿Podrías decirme por qué estás aquí siendo el primer día de cursada? –Traté de sonar lo más amable posible. – Honestamente esperaba encontrarme con una sala vacía.
–Pues ya ves que no, Dai – Me desconcertó la manera tan informal de dirigirse a mi ¡No me conoce!. Suspiré tratando de pasar eso por alto y lo incité a continuar, aún no me había dicho el motivo de su presencia. –Estoy aquí porque le toqué el trasero a la profesora de inglés, vaya decepción, fue como tocar una tabla– Me respondió con una sonrisa burlona. Me sonrojé hasta las orejas ¡era peor de lo que pensaba! ….¡¿En qué me metiste Hikaru?!.
–De acuerdo–  Carraspeé incómodo – Tengo entendido que debo darte unos ejercicios mientras estés aquí bajo mi cargo – Suspiré con resignación, tomé una tiza y me dispuse a copiar los ejercicios que me había encargado el profesor. Podía sentir su intensa mirada, provocándome el escalofrío de mi vida; Volteé mi cabeza para corroborar si no me estaba volviendo loco y lo que vi me dejo de cuadros, no solo me estaba mirando a mi…estaba mirándome el trasero de la manera más hambrienta que haya visto. Me sonroje violentamente y me dediqué a terminar de copiar rápidamente para tomar asiento y así evitar su mirada.
Pasaron unos minutos y el chico busca problemas me anunció que había terminado, dejándome sorprendido. Me incorporé y me dirigí hacia él para tomar su hoja con los ejercicios, notando en su mano varios anillos, y corregirla ante su atenta y hambrienta mirada, ahora, hacia todo mi cuerpo sintiéndome completamente desnudo.
–¿Quieres dejar de mirarme así?... Me pones nervioso y no logro concentrarme.
–No, me gusta lo que veo- Ronroneo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante la última frase dicha por él. –¿Tienes pareja?– Paré de corregir y lo miré sorprendido, ahora sus ojos estaban puestos en los míos.
–Primero no soy tu amigo, respétame. Segundo…es mi vida privada, no tengo que responderte y menos por insolente. –Traté de sonar firme, pero creo que el rubor en mis mejillas me delataba. Me sonrío de manera coqueta y me recorrió nuevamente el cuerpo con su intensa mirada. Continué en lo mío tratando de ignorarlo, sus ejercicios estaban perfectos, incluso su caligrafía lo era dejándome anonadado. –Están perfectos, no entiendo como un estudiante de tu categoría estudia aquí…–Suspiré– Al menos deberías respetar a tus profesores y permanecer en clase, oí que sales en medio de una explicación como si no te importara…estar en frente de los alumnos es más duro de lo que puedas llegar a pensar.
–Nada de lo que esos idiotas enseñan me interesa, son cosas que ya se…además, si por hacer de las mías voy a compartir castigos contigo, lo haré siempre.– Mi corazón golpeó mi pecho con fuerza, no esperaba esa clase de respuesta. –Ahora… ¿Tienes pareja? porque, creeme, lo último que quiero es ser tu amigo– Se lamió los labios produciendo un horrible escalofrío en mi cuerpo.
–Que persistente–Suspiré con fastidio quitándome un mechón de cabello que cubría mi ojo. –No, no tengo ¿feliz?– Respondí sarcásticamente.
–Como no tienes idea– Ronroneó, estaba al borde de un paro cardíaco. Oh, Oh. Detecto peligro, líbrate de él Daiki o todo terminará mal.
–Bueno, creo que es suficiente por hoy…supongo que ya puedes irte a casa– Caminé con intención de irme pero al momento de abrir la puerta, ésta fue fuertemente cerrada asustándome. Me volteé molesto  para enfrentar al culpable, grave error. Lo tenía a menos de 5 centímetros de mi rostro, con una sonrisa de lado, pudiendo sentir no solo su aliento a menta, sino que también la fragancia masculina que portaba y me nublaba los pocos sentidos que aún me quedaban.
–Aún no quiero irme, gatito.–Abrí mis ojos sorprendido ¿desde cuándo se había tomado tantas libertades conmigo?. Sentía que se me iba a salir el corazón el cualquier instante.
–No estoy para bromas, debo irme a casa, déjame salir– Mi voz disminuía y todo porque a cada palabra, Inoo se acercaba más y más. Cerré mis ojos por instinto esperando lo peor; se acercó a mi oído soplándolo y causándome suaves descargas.
–¿Quién esta bromeando, acaso te disgusta mi compañía?– Mordió mi lóbulo derecho, sacándome un jadeo, jadeo que lo hizo sonreír. Aún no pudiendo verlo podía sentir como sus facciones cambiaban a causa de la excitante cercanía. Descendió hasta mi cuello depositando un beso apasionadamente húmedo que me quitó el aliento, haciendo mis piernas gelatina; tendiendo a colocar mis manos en sus hombros para no caer. Éstas se deslizaron a su pecho tratando de apartarlo sin embargo, el que él sea más alto y fuerte, y las descargas constantes en mi cuerpo, me confundían.
Su mano derecha presionaba la puerta, sosteniendo su peso, mientras su mano izquierda descendía desde la puerta a mi hombro, deslizándose por mi pecho y brazo derecho hasta posarse en mi estrecha cintura en un agarre posesivo, atrayéndome hacia él, apegando nuestros  planos vientres mientras él se entretenía con mi cuello. Mi cuello era besado lentamente, como si disfrutara de cada beso, cada lamida y cada succión dada en el mismo, como si se tratara del dulce más delicioso. De un momento a otro se separó para aspirar en mi cuello.
–Tu aroma es adictivo, creo que quiero Daiki para la cena– Dio una larga lamida desde el límite del cuello de la camisa, hasta mi mandíbula, haciéndome suspirar y suavizar la resistencia de mis manos. Basto solo un segundo para apegarse rápidamente a mis labios en un beso apasionado que me tomó por sorpresa. Sus labios eran suaves y tenían un sabor y una habilidad que me hacía querer más. La mano que sostenía la puerta se despegó de ésta exclusivamente para unirse a la otra en mi cintura, recargando mi espalda en la fría superficie. Su lengua lamía mis labios de una manera sumamente seductora haciéndome cerrar los ojos y acariciar su pecho sobre la ropa, haciéndolo suspirar entre besos y lamidas a mis labios; su mano derecha se dedicaba a acariciar mi pecho y mi abdomen por debajo de mi pullover de lana, pero sobre la camisa del uniforme que llevaba, aumentando las descargas en mi cuerpo a casa rose. Se sentía endemoniadamente bien, podían preguntarme mi nombre que no sabría la respuesta…estaba perdido en el placer que mi Senpai me brindaba.
Ambas manos, de un momento a otro, se dirigieron a mi trasero, acariciándolo, disfrutando del roce haciéndome jadear suavemente.
–mmm a esto llamo un trasero delicioso mi Dai – Lo apretó – Lo mejor es que es mío y de nadie más– Presionó un poco más esa zona y se colocó entre mis piernas atrayéndome hacia él suministrándonos un delicioso rose entre nuestras partes más sensibles, arrebatándonos un sonoro gemido que aprovechó para introducir su dulce lengua, llegando casi hasta mi garganta.
Su cadera comenzó con un adictivo vaivén que se compenetraba con su lengua que parecía estar haciéndole el amor a mi cavidad. Mis manos, que antes estaban en su pecho tratando de apartarlo ahora estaban, una enredada en su sedoso cabello negro atrayendo su boca aún más a la mía, y la otra en su espalda baja tratando de reducir cualquier espacio entre nuestros cuerpos,  al igual que él que presionaba cada vez más mis glúteos haciendo el rose de nuestros miembros más y más intimo. ¡¿En qué momento  me había vuelto tan atrevido como para tocarlo de esa forma?!.
Más que besos, parecía que nos queríamos devorar el uno al otro; Kei subió una de sus manos a mi nuca tomando rápidamente el control de la situación, haciendo que su lengua llegara más profundo dentro de mi cavidad bucal que se esforzaba por seguirle el ritmo salvaje, a la vez que liberaba mis gemidos. Lo separé un poco de mi, formando un hilo de saliva,  porque necesitaba aire, mis pulmones lo necesitaban urgentemente; en cuanto lo hice, se apodero nuevamente de mi cuello dando una sensual mordida y una fuerte succión que seguramente dejaría una gran marca, pero en ese momento no me importaba, solo quería más y más de esta sensación y mi entrepierna comenzaba a doler. Volvió a mi boca penetrándola sucesivamente con su lengua y, por un momento, nuestras miradas se cruzaron, percibiendo el gran deseo que desprendía la suya,  haciéndome reparar en la situación que me encontraba: acorralado contra la puerta de la sala de castigos por Inoo Kei, un busca pleitos y Casanova por excelencia, mientras recorre mi cuerpo y me besa a su antojo.

Con toda mi fuerza de voluntad lo aparte de mi con un empujón, abri la puerta y salí corriendo a toda la velocidad que mis piernas me lo permitían. Corrí hasta la parada de autobuses que, para mi suerte, tenía un bus estacionado y me dirigí a mi casa con una gran adrenalina recorriendo cada una de mis células.
–Esto no se puede repetir… nunca.- Apoyé mi mano derecha en mi corazón sintiendo su fuerte palpitar. – Inoo Kei ¿qué me has hecho?...


El camino de regreso a casa jamás había sido tan largo como ahora, estaba sumamente nervioso y me dediqué a pensar en cómo disimular esta sensación delante de mi familia, no quería que se preocuparan.
Llegué a casa un tanto agitado sorprendiendo a mi madre.
–¡¿Daiki, hijo, te encuentras bien?!- Subí rápidamente las escaleras para evitar que vea mi rojísimo rostro, al tiempo que le respondía.
–¡Si! Sólo estoy un poco apurado, iré a tomar un baño.
–¡De acuerdo, cielo!.
Me adentré rápidamente a mi habitación con el corazón prácticamente en la mano y me tiré boca abajo sobre mi cama de plaza y media, tratando de controlar mi alocado músculo.
–Tengo que dejar de pensar en eso….en…él- Inmediatamente los recuerdos volvían a mi mente, su hermoso rostro, esa sonrisa que le quitaba el aliento a más de uno, su voz, su aliento mentolado. –¡BASTA!–Me tapé la boca asustado esperando que nadie más que yo escuchara mi exclamación.  Aún boca abajo tomé mi almohada y cubrí mi rostro liberando un grito de frustración. Aún podía sentir su tacto en mi cuerpo y mis labios tenían la sensación de los suyos, además del adormecimiento por la intensidad de los besos. Mi cavidad aún tenía su sabor, su dulce sabor intacto aumentando la frustración y la culpa en mi pecho. ¡¿Por qué cedí tan rápido ante él?!. Seguro ahora piensa que soy un fácil y que podrá tenerme cada vez que le venga en gana.

Una extraña sensación de calor me invadió, obligándome a retirar el pullover de lana de mi cuerpo. En el proceso no pude evitar sorprenderme, mi pullover estaba inundado de su embriagante fragancia. ¡Demonios!. Me quité toda mi ropa, frustrándome entre prenda y prenda a causa de que todo olía a él, quedando en ropa interior.
Ingresé al baño y opte por una ducha para eliminar todo rastro de él. Sentir el tibio líquido en mi cuerpo logró relajarme al menos por unos minutos. En cuanto tomé mi gel de ducha, fragancia uva, y lo incorporé a mi cuerpo; con cada toque que la esponja ejercía en mi cuerpo lo imaginaba a él proporcionándomelo. Terminé mi baño no relajante lo más rápido que pude y me dispuse a secarme; en un momento me dispuse a verme en el espejo para encontrar lo que podría llegar a ser atrayente para el chico problema, vaya fue mi sorpresa al notar tres grandes marcas en la conexión de mi hombro y mi cuello, completamente violetas. Las rocé con las yemas de mis dedos y atiné a ruborizarme, llamaría a Hikaru para pedirle un consejo. Un golpe en la puerta me sacó de mis pensamientos.
–Dai, hermano, la cena ya está lista.
–Bajo en un momento.
–Pues apúrate o me comeré tu parte.
Rápidamente me dispuse a ponerme mi pijama y me coloqué un pañuelo, después inventaría una excusa.
Me senté  teniendo a mi hermano en frente y mis padres a mis lados, uno en cada punta de la mesa, y me dispuse a comer la deliciosa cena que mi madre había preparado.
–¿Hijo, estás enfermo?– Tal y como esperaba, el pañuelo llamó la atención de mi padre.
–Tomé un poco de frío esta mañana y ahora me siento un poco adolorido de la garganta.
–Cuídate ¿si?.
–No te preocupes, seré más cuidadoso.– Sentí una mirada fija en mi, volteando hacia mi hermano. Su mirada me escaneaba detalladamente poniéndome nervioso, él era más listo de lo que uno podría llegar a pensar.
Terminé de cenar y subí a mi habitación, mi hermano me siguió el paso puesto que su habitación quedaba frente a la mía.
– A mi no me vas a hacerme tragar el mismo cuento… estoy más que seguro que esas marcas en tu cuello no son precisamente debido a un resfriado. –Casi me daba un paro cardíaco al escuchar eso. –No voy a obligarte a que me digas la verdad, sólo no me mientas.
–Lo siento, aniki…es solo…es vergonzoso hablar de ello.
–¿Fue un estudiante de tu instituto?
–Si-Dije en medio de un suspiro liberador. Tenía suerte de tener un hermano como él.
–¡Entonces esperare pacientemente a que me presentes a mi cuñado! Espero tenga dinero porque con lo que comes y lo caprichoso que eres, hay que ser millonario– Me abrazó entre risas y entró rápidamente a su habitación, aprovechando mi estupefacción. Retiro lo dicho, no es NADA bueno tener un hermano así.


Me adentré a mi habitación aún procesando lo que mi osado hermano había dicho y me dispuse a llamar a Hikaru. Tomé mi teléfono celular y marqué su número que me sabía de memoria.
–Moshi moshi– Reí por su manera de atenderme.
–¿Otra vez viendo anime hasta tarde?
–Dai-chii, pequeñín ¿a qué le debo el placer de tu llamada a las…10 de la noche?
–¿Pequeñín? Ok, lo pasaré por alto…Primero: Hika, te odio. Segundo, tengo algo vergonzosamente importante que contarte
–Primero: es mutuo, segundo… ¿tiene que ver con tu responsabilidad de cuidar a la sala de castigo?
–Me alegro,  y si. ¿Te das una idea de lo que tuve que pasar hoy?
–No….la verdad que no tengo la menor idea– Odio al Hikaru sarcástico.– Ya dime y libera tus penas con el psicólogo Hikaru-sama.
–Estuve a cargo de la última persona a la cual quería ver…Inoo Kei–Dije su nombre en un susurro que no estoy seguro que haya escuchado.
–¡¿Inoo Kei?!– me alejé un poco el teléfono de mi oído– ¡Qué envidia! No sabes lo que hubiera dado por estar en tu lugar aggggrrr eres un maldito afortunado ¿sabes?.
–¿Por qué será que no me siento de la misma forma?
–Estas mal, Daiki. Cualquiera del instituto daría su brazo derecho por un momento a solas con él.
–No cuando te mira de manera hambrienta, te acorrala contra la puerta de la sala de castigos, cerrada, y prácticamente te quita la virginidad.
–Eres un exagerado, gatito. Él no haría…¡Un momento!–Me sobresalté casi tirando el celular– …Cargando información… La base de datos de virus ha sido actualizada- Reí ante el tonto comentario de mi amigo con perfecto acento español.
–Eres un idiota, tómame enserio– Traté de sonar serio pero aún continuaba riéndome.
–¡¿Me estás diciendo que tu, Arioka Daiki, tuviste un momento de tan grande intimidad con el mismísimo Inoo Kei?!
– emmm ¿eso creo?– Dudé en responder.
–Ahora si no tengo dudas –Una interrogante se formo en mi cara aunque él no podía verla- ¡¿Te das una idea de lo malditamente afortunado que eres?!
–Hikaru… ¿Escuchaste bien lo que te dije?...¡Prácticamente fui violado por él! De no ser porque me escapé, habría…
–Idiota…perdiste la oportunidad de perder tu virginidad. –Un enorme calor me invadió desde mis pies, extendiéndose hasta mis mejillas
–¡ Yaotome!
–Lo siento, pero … ¿Qué tan bueno es besando?– involuntariamente mis dos de mis dedos acariciaron mis labios, reviviendo el momento.
–No voy a responder a eso
– ¡Daiki!
–¡He dicho que no y punto!
–De acuerdo– Destacó su tono desilusionado. – Y… ¿Qué piensas hacer? Porque déjame decirte que tendrás que verlo muy seguido no solo en el instituto, sino que también, en la sala de castigos. No olvidemos que es un chico busca pleitos muy conocido.– Suspiré con pesadez ante lo último.
–No lo sé, solo sé que no quiero volver a verlo en lo que queda del año. Con sólo recordar lo que pasó, me muero de vergüenza.
–Anímate. Yama-chan y yo estamos contigo para lo que necesites.
–Gracias, baka. Sabía que podía contar contigo a pesar de que quiera ahorcarte por las cosas que me dijiste.
–De nada, ahora enserio… ¿Qué tan bueno es besando?–  Suspiré con resignación y corté la llamada. Seguramente mañana me reprocharía por ello, pero no estaba dispuesto a contestar sus preguntas bochornosas.
Opté por cubrirme con las mantas y a tratar de dormir, y digo tratar porque después de las emociones del día de hoy, dudo lograrlo. Mañana sería otro día, día en que tendría que evitar cualquier acercamiento con Inoo costara lo que costara.


Al otro día fui precavido y me coloque nuevamente el pañuelo, con la excusa de que hacía frío, para ir a la escuela, me despedí de mis padres y fulminé con la mirada a mi hermano, que me miraba divertido.
Me crucé con Yui en el autobús olvidándome por un momento de mis preocupaciones hasta que pisé la entrada del instituto
En la entrada me sorprendí al ver a un Inoo Kei con el rostro dañado, no era mucho pero al sangre era notoria. Se encontraba caminando normalmente hasta que me vio y me regalo una sonrisa seductora que me hizo temblar. A pesar de que mi cabeza me decía que no me acercara, que era una persona que seguramente terminaría lastimándome, lo hice. Mi parte emocional me decía que debía ayudar al prójimo, aún si éste era el mismísimo demonio.
–Senpai….¿Estás bien?
–Ahora si– Me tomó desde la parte trasera de mi cabeza con la intensión de un acercamiento más íntimo, acercamiento que no le permití al colocar mi mano entre nosotros.
–Estas herido, déjame llevarte a la enfermería... por favor –Puse mi mirada más suplicante. Creo que funcionó, dejó salir un gran suspiro y asintió. Lo tomé del brazo y lo guié hasta dicha sección.


Llegamos a la enfermería y saludé a Marie, la enfermera a cargo, la cual conocía ya que Hikaru se lastimaba a menudo.
–Daiki-kun, tiempo sin vernos–Me sonrió dulcemente, para luego posar su mirada en Inoo. –Veo que esta vez no es Hikaru-kun…¿Qué te ocurrió?– se acercó con intención de revisarlo pero, en el momento en que su mano estuvo a menos de medio metro, Inoo se corrió dándole una mirada de completo desagrado.
–No dejaré que esta cualquiera siquiera me toque– Ambos quedamos con los ojos como platos. ¿Por qué había reaccionado de esa forma?.
–Inoo, ella es quien puede curar tus heridas…no es conveniente que permanezcas con el rostro de esta forma el resto del día.
–No quiero si quiera verla, que se vaya– La miró con profundo desprecio.
–Yo…– Marie no sabía que decir.
–Yo me haré cargo de él, Marie. Tu ve tranquila, cualquier cosa te haré saber– Le sonreí con intención de calmarla, lo cual a mi parecer funcionó.
Esperamos hasta que Marie se vaya y, al no ver a nadie en la habitación además de nosotros, tomé el botiquín de primeros auxilios y curarlo yo mismo. Le pedí que se sentara en una de las camas de la habitación y me dispuse a curar la herida que tenía en su labio inferior. Coloqué  el algodón con alcohol esperando una reacción negativa. Me llevé una gran sorpresa al ver que no se quejaba, siquiera daba señales de molestia. En todo el lapso en el que lo estuve atendiendo él no dejaba de mirarme fijamente, aunque no era la misma mirada hambrienta de ayer, era una completamente distinta….pero igual o más intensa.
–Creo que con eso estarás bien– Guardé las cosas que había utilizado y me moví con intención de agrandar el espacio que nos separaba, inesperadamente me tomó por la nuca, atrayéndome hacia él en un beso que me quitó el aliento. Una de sus manos de deslizó hacia mi cintura y me tumbó sobre la camilla en la cual estaba sentado, colocándose sobre mi e impidiendo todo intento de escape. Se separó solo unos milímetros de mis labios para permitirme respirar.
–Ayer te me escapaste, gatito… ¿tienes una idea de lo mucho que te extrañé todas estas horas?–Lamió mis labios de una manera tan sensual que un gemido se escapó de mis labios, quitando una sonrisa perversa de sus labios. –Por lo que veo tú también me extrañaste. –Volvió a besarme pero ahora, extrañamente, era un beso completamente diferente a los que me había dado anteriormente. Éste era lento, pero igual de placentero que los demás, haciéndome suspirar y caer completamente en sus redes. Sentí una de sus manos colarse debajo de mi uniforme superior, acariciando la piel de mi pecho con la yema de sus dedos causándome unas deliciosas descargas en toda la extensión de mi cuerpo.
Me abrasé a su cuello y me apegué lo más que pude a su cuerpo, mientras que mi acompañante, en medio de una caricia, desciende hasta mi zona más intima y erógena acariciándola descaradamente por sobre la tela de mis pantalones, haciéndome ahogar un fuerte gemido en el beso que estábamos compartiendo. Me quitó el pañuelo que portaba en el cuello, con la intención de esconder las marcas que me había dejado el día anterior, y se dedicó a besar y morder las manchas moradas, que seguramente ahora sí permanecerían por mucho tiempo ahí. Levantó las telas que portaba en mi torso, sin quitármelas, y comenzó a esparcir suaves besos por toda la extensión del mismo, luego sus besos se hicieron más insistentes pasando a succiones y próximamente a mordidas, que me hacían arquearme. Pasó uno de sus brazos por mi cintura con intención de mantenerme firme y comenzó a succionar mi ombligo suavemente, haciéndome gemir sonoramente.
–Punto débil ¿neh?–Mordió uno de los bordes del mismo, quitándome otro gemido. –No sabes cuanto me provocan esos sonidos, Dai– Volvió a atacar mis labios de manera sensualmente hambrienta, mientras separaba mis piernas para colocarse entre ellas. Iba  desabrochar mi cinturón, cuando desperté de mi trance apartándolo de mi cuerpo e incorporándome hasta quedar parado a una distancia prudente.
–Yo… esto no está nada bien… no te conozco y yo…–Expresé un tanto aturdido por el candente momento en el que participamos anteriormente. Antes de que pudiera decir algo más, sentí un tirón en mi brazo izquierdo, una mano en mi mejilla y unos dulces labios en los míos. Lo aparté de mí nuevamente y me alejé rápidamente hasta quedar a un lado de la puerta. –¡Lo siento! – hice una venia y abrí la puerta.
Escuché el sonido de la campana que anunciaba el comienzo de las clases y como pude calme mis hormonas y acomodé mi uniforme adecuadamente.


Continuará...

Bueno se aceptan naranjazos, tomatazos, manzanazos y lo que sea comestible (?
Esperare sus comentarios n___n
PD: Yuumhi no me mates por hacer un fic seriado (?)